Mikey García está en plan de aplanadora y hasta ahora ningún rival ha podido resistírsele. ¿Será que es hora de firmar contra Jorge Linares y/o Vasyl Lomachenko?
Mikey García se enfrentó a Sergey Lipinets en una pelea a 12 rounds de peso superligero por el Título de Peso Superligero de la Federación Internacional de Boxeo.
Antes del campanazo, Mikey buscaba capturar un cuarto cinturón en el mismo número de divisiones de peso (ya fue campeón pluma, superpluma y ligero).
Desde que regresó de su retiro, García se ha puesto en plan aplanadora y le ha pasado por encima a todos sus rivales.
Ya era un campeón invicto pero con esa vuelta triunfal ha hecho peleas (y desechado otras tantas) que lo han colocado en niveles altos e históricos.
Pues bien, ya que se subió al ring con Lipinets no tardó en mostrar su poder técnico y movilidad de piernas.
Bien sabido es que Mikey es un dotado que nunca deja cabos sueltos y esta vez no fue la excepción.
Desde el inicio impuso su distancia. La media distancia fue la que mejor se le acomodó para neutralizar a Lipinets.
Cerró la distancia cuando buscaba impactarlo y entonces salía de prisa para evitar ser cazado por el ataque del ruso.
Incluso lo mandó una vez a la lona.
Algo cambió en lo que normalmente hace Mikey, pues en lugar de preferenciar el golpeo abrumador, se fue por lo más técnico.
Circuló por todo el ring para tener a Lipinets fuera de balance. Luego lo arrinconaba para lastimarlo.
Lipinets no encontró la manera adecuada para atacar a García. Tuvo momentos aislados en los que sus golpes llegaron directo a la cabeza de Mikey, pero sólo un par de combinaciones separadas entre sí.
Seguramente si le hubiera dado más velocidad y frecuencia a sus combinaciones habría sido una pelea diferente. Pero hay que tener en cuenta que Mikey es difícil de encontrar.
Finalmente la decisión unánime fue a favor de Mikey García, quien mantiene su invicto en 38 peleas y capturó un cuarto título mundial.