La lucha libre está llena de magia. El espectador que se sienta a disfrutar el espectáculo deportivo que proponen los gladiadores poco saben de lo que hay tras bambalinas. Por más que las nuevas tecnologías y varios medios de comunicación han querido revelar los secretos de éste deporte mágico no han podido llegar ni siquiera a la punta del iceberg que la magia en la lucha libre encierra.
Pero ¿qué pasa cuando los que revelan la magia no son los medios ni los aficionados sabiondos, sino los propios luchadores y los promotores?
Ese cuestionamiento surgió en un día como hoy, 9 de noviembre, pero de hace 20 años, en 1997. WWF celebraba su Survivor Series en Montreal, el Campeón Mundial de Peso Completo WWF era el hijo de la leyenda canadiense Stu Hart, el famoso Hitman, Bret. Su oponente en esa noche era el texano Shawn Michaels, su rival natural desde hacía años.
Con ciertos paralelismos en sus carreras, Michaels y Hart habían dejado las luchas de relevos para convertirse en luchadores individuales sobre los que la empresa había puesto el peso tras la salida de muchas de sus veteranas figuras durante la mitad de los noventas: Hulk Hogan, Macho Man y varios más. Sin embargo la guerra que WWF mantenía en ese entonces con la empresa del multimillonario empresario de medios, Ted Turner y su WCW favorecía a éste último y por tanto podía pagar mejores sueldos a los gladiadores que quisiera.
¿Se va a WCW o se queda?
Los problemas económicos en WWF estaban a la orden del día y a Hart le comenzaron a postergar los pagos. Vince McMahon que era el dueño de la empresa, pero que aparecía en televisión como un simple comentarista más, había intentado detener a Hart, pero también veía más redituable invertir en Stone Cold Steve Austin, The Undertaker y DX que en el perfil centrado de cara a lo que algún día se llamaría Era Actitud. Así que en un acto bien considerado por ambas partes se decidió que Hart negociara con WCW un contrato que le fuera atractivo al gladiador. A principios de noviembre Hart ya había conseguido un contrato con WCW por tres millones anuales.
La cuestión radicaba en a quién le tenía que dejar Hart el título. Shawn Michaels era su rival en el ring, sin embargo también lo era abajo del cuadrilátero y no tenían una relación muy sana. Ya antes, Hart había afirmado que no tenía problema con dejar el título siempre y cuando no fuera a Michaels.
Al ser la lucha en Montreal, Canadá, Hart tampoco quería perder ante los suyos, lo cual suponía otro problema. Hart propuso a McMahon ganar en el PPV y al día siguiente, y de manera voluntaria entregarle el título en Raw para agradecerle a él personalmente y a la afición de la empresa que lo había cobijado durante gran parte de su carrera. McMahon aceptó en apariencia, sin embargo la situación le causaba un problema: ¿podría confiar plenamente en Hart? WCW estaba a punto de anunciar la contratación del canadiense y McMahon no estaba dispuesto a que dicho anuncio llevara implícito el nombre del título de la empresa.
El complot
De acuerdo a las múltiples versiones, Vince pactó con Michaels, Triple H, Pat Patterson, Jerry Brisco y algunos otros más “cruzar” a Hart el día de Survivor Series. Es decir, cambiar lo pactado y darle el título a Michaels sin que Hart tuviera tiempo de darse cuenta del ardid.
El día de la función todo tenía un toque especial de complot y morbo: Vince no estuvo en la mesa de comentaristas, sino que estuvo haciendo reportes junto a los agentes de la compañía previniendo una posible exaltación de los aficionados. Tanto Vader como Davey Boy Smith le dijeron a Hart que tuviera cuidado porque el rumor de que lo iban a cruzar era legítimo y que ambos habían vivido situaciones parecidas en Japón.
Hart le preguntó a Earl Hebner, el réferi del combate si lo cruzaría, Hebner negó el hecho y afirmó que preferiría renunciar antes de hacer algo tan ruin (varias versiones se contradicen sobre cuando Hebner se enteró de la traición: algunos afirman que el réferi supo unos minutos antes del PPV, mientras que otros afirman que no supo sino hasta que Vince le ordenó que declarará la rendición de Hart). Los mismos aficionados canadienses no estaban al 100% con Hart, pues un sector al enterarse de su firma con WCW le gritaba “vendido”.
La lucha
Hart se impacientó cuando vio el cuadrilátero rodeado por gente como el propio McMahon, Sgt. Slaugther y Brisco. Sin embargo la lucha avanzaba de acuerdo a lo pactado. Hart se llevó en un lance a Michaels y también a Hebner. Sin embargo Michaels se repone rápidamente e intenta hacer la llave característica de Hart, el sharpshooter.
Se supone que Hebner recibió la orden por el micrófono de que se levantara y le diera el triunfo a Michaels, por otro lado Mike Chioda, el otro réferi, le gritaba a Hebner que no tenía que estar de pie, lo mismo hacía Pat Patterson. Davey Boy Smith y Owen Hart veían todo en el pasillo, pues supuestamente aparecerían más adelante en la lucha quedándose como el resto de la afición: atónitos.
Hebner lanzó la arenga al tomador de tiempo de que tocara la campana. El nombre del tomador de tiempo era Mark Yeaton, quién no sabía que hacer. Vince le repite las indicaciones de Hebner con el plus de la palabra altisonante: “Ring the f*cking bell!”. Hart trató de revertir el castigo, pero ya era tarde. Hebner huía de la arena, de la misma forma Michaels recibió la orden expresa de McMahon: “¡Levanta el maldito cinturón y vete de aquí!”. Hart anonado sólo atina a encarar a McMahon desde el cuadrilátero lanzándole un escupitajo.
Después de la lucha
Ya en vestidores Hart encaró a Michaels sobre si sabía lo del cruce. Michaels negó jurando por Dios su participación en el complot. Vince Russo, quien le había propuesto a McMahon el cruce y que no había tenido contacto con el dueño durante los días previos al PPV vio la lucha en vestidores junto a The Undertaker aseguró que el ícono de la empresa quería golpear a a alguien por lo sucedido en el ring. Jim Ross quien fungió como comentarista esa noche concluyó la narración de manera abrupta y con el tiempo, negó su participación y/o conocimiento sobre el plan de McMahon, a pesar de que era el encargado de las relaciones con el personal.
Con el tiempo mucho pietaje de esa velada a sido dado a luz, documentando el suceso como muy pocos en la historia luchística, dejando muy poco a la imaginación. Decenas de miles de cuartillas se han escrito sobre esa noche en Montreal. Y WWE ha tratado de congraciarse con la familia Hart de diferentes formas. La gran parte de los involucrados en el caso han sido perdonados públicamente por Bret y la vida siguió para todos, haciendo de uno de los momentos más incorrectos e infames de la historia de la lucha libre un parteaguas de como se entiende el deporte espectáculo tanto adentro como afuera de los vestidores.