Mala jornada para los dos españoles participantes en los 10 kilómetros aguas abiertas. Pese a los buenos augurios de Antonio Arroyo en los 5, en la que fue décimo, este mediodía ha ido de más a menos y en la segunda parte de la prueba ha perdido posiciones que le han mantenido al margen de la lucha por la plaza olímpica, billete que obtuvieron los diez primeros. Héctor Ruiz, por su parte, quedó clasificado en la 59ª posición, siempre en la cola del pelotón, sin encontrarse cómodo en ningún momento.
El húngaro Gergely Gyurta, un especialista en las pruebas de fondo en piscina, cogió la cabeza y le metió a la prueba un ritmo endiablado. En los primeros 5 kilómetros iba el pelotón en fila de uno, siguiendo la estela del potente nadador magiar. Arroyo nadaba sobrio en la 19ª, cerca de los primeros, y aún mantenía opciones. Pero las aguas del río Kazanka son engañosas, desgastan a causa de la corriente que sea crea por su próxima desembocadura al Volga, al margen de la suciedad que dificulta la visibilidad.
A falta de una vuelta al recorrido, el panorama cambió. El estadounidense Wilimovsky cogió la cabeza y no la saltó hasta el final, llegando con ventaja sobre los otros integrantes del podio (1.49.48). Segundo fue el holandés Weertman, a 12 segundos, mientras que el bronce se lo llevó el incombustible griego Gianniotis, tercero a del ganador. El ciclón Gyurta quedó engullido y finalizó 13º. Los españoles se rezagaron en una prueba que se les hizo muy larga. Arroyo llegó en el puesto número 47, a más de cuatro minutos del estadounidense. Héctor Ruiz, por su parte, llegó a uno 8:34 de la cabeza.