Iker Casillas encajó sus primeros goles como guardameta del Oporto. El portero madrileño no pudo defender un disparo fuerte y raso de Stindl a los 20 minutos de juego, y otro cruzado de Traoré (38’) en el encuentro amistoso que el Oporto disputó en tierras alemanas ante el Borussia Mönchengladbach.
Hasta el primer gol, el equipo portugués no había sido exigido, llegando a controlar el balón y moviéndolo de banda a banda buscando rendijas por donde llegar a la meta de Yann Sommer, pero sin llegar a ser efectivo. Un fallo defensivo de José Ángel propició un rápido movimiento ofensivo borusser que culminó Stindl. Pese al gol encajado, el Oporto no se salió del guión establecido por Julen Lopetegui. Siguió dominando la posesión, siguió moviendo el balón, pero su ataque era romo e inconsistente, con un Aboubakar muy aislado como punta de lanza. Lo contrario que los alemanes: dejándose dominar, pero seguros atrás, y buscando las contras y presionando la salida de balón. Así llegó el segundo tanto, obra de Traoré, que cruzó el balón ante Casillas.
Tras el carrusel de cambios al comienzo de la segunda parte, el Oporto comenzó apretando más arriba. Fruto de ese trabajo llegó el gol de Aboubakar, al rematar una jugada de Varela, que se convirtió en un puñal por la banda derecha del ataque portugués. El Oporto fue superior tras el descanso, pero no tuvo el premio de lograr la igualada. Los cambios que fue introduciendo Lopetegui fueron aumentando la capacidad de los Dragoes a la vez que los jugadores del Borussia se volvían más conformistas.
Aún así, Casillas evitó el tercer tanto de los alemanes deteniendo un uno contra uno. Sin embargo, la ocasión más clara de los portugueses fue un disparo lejano de Rubén Neves. En definitiva, buen ensayo para los de Lopetegui mientras sus jugadores se afinan cara a la próxima temporada.