Si hay algo en lo que el Universo WWE está de acuerdo es en que Samoa Joe vs. Brock Lesnar es una lucha de ensueño. El Destructor y La Bestia echaron chispas en su primer cara a cara y el éxito de la confrontación ha sido tal que hasta Eric Bischoff se ha mostrado satisfecho. Sin embargo, lo que empieza bien no siempre termina bien.
Desde su victoria sobre The Undertaker en WrestleMania XXX, y salvo el breve paréntesis de Goldberg, Brock Lesnar ha sido construido como una fuerza imparable dentro de WWE. Sin tener un récord perfecto, La Bestia Encarnada se ha posicionado en la cima de la compañía como un rival al que muy pocos se pueden siquiera acercar, eso ha permitido que pueda tener dos reinados como campeón mundial con apenas unas cuantas apariciones al año.
Samoa Joe también está en una buena posición, tuvo un debut impactante y aunque no participó en WrestleMania, rápidamente se hizo una reputación como uno de los hombres más peligrosos de Raw. Aun así, la separación entre Lesnar y Joe es abismal.
Su confrontación del pasado lunes fue espectacular, equiparable únicamente a la que La Bestia tuvo con The Undertaker en el verano de 2015 (guardando las distancias), y si se vuelven a encontrar en el show rojo de seguro que no decepcionarán, pero por desgracia, también hay acuerdo en el Universo WWE en que el equipo creativo es fuente de muy dudosas decisiones, y en que los veteranos luchadores de medio tiempo siempre salen favorecidos sobre el talento joven. Es ahí donde reside el mayor peligro rumbo a Great Balls of Fire.
Los aficionados, incluído el autor de esta nota, veían en Samoa Joe vs. Brock Lesnar un sueño poco factible, una de aquellas confrontaciones que se quedarían en el reino etéreo del “what if”, pero las condiciones idóneas se dieron en Extreme Rules. El sueño se hizo realidad, pero Lesnar ya ha quebrado muchos sueños iguales.
Hace casi un año, Lesnar tuvo otra lucha de ensueño contra Randy Orton que se convirtió en una pesadilla para el Apex Predator. Ese mismo año había aplastado a Dean Ambrose en WrestleMania y apenas unos meses atrás humilló a toda la Familia Wyatt en Roadblock. Incluso en los eventos en vivo ha arrancado toda la credibilidad de sus oponentes, Kevin Owens, Rusev y Sheamus.
Ambrose indicó que Brock Lesnar era un rival difícil para trabajar, poco abierto a ideas, una opinión que fue luego respaldada por Roman Reigns. Con Goldberg fue algo distinto, pues vio un gran negocio a mediano plazo y quiso causar impacto en Survivor Series. Ahora tiene en frente a Joe, y la predicción de este autor es que El Conquistador volverá a cerrarse a cualquier posibilidad de favorecer a su rival.
Una victoria de Joe sería esperar demasiado, ni siquiera sería del todo positivo para el samoano, que aún tiene camino por recorrer antes de una eventual coronación, pero el Universo WWE espera que en Great Balls of Fire luzca tan fuerte como lo hizo en Raw, como un retador al que se les escapó entre los dedos la oportunidad de destronar al campeón, pero posiblemente no sea así, posiblemente veamos a Brock Lesnar darle la misma paliza que le ha dado a todos sus rivales con excepción de Goldberg, Triple H y The Undertaker.
Hay otros luchadores capaces de recuperarse de una derrota como la mencionada. Finn Bálor y Seth Rollins tendrían la excusa del tamaño, y Randy Orton tuvo suficiente trayectoria como para poder ser noqueado en SummerSlam sin mayor inconveniente. Samoa Joe no es así, si Joe es aplastado por La Bestia, los gritos de “Joe is gonna kill you” acabarán por siempre, o al menos por un tiempo peligrosamente largo. Aún con el favor de Triple H, Joe no tiene la apariencia que tanto agrada a Vince McMahon, y sin credibilidad, perdería su favor.
La carrera de Samoa Joe se mantendrá en buena marcha si se sigue presentando como una fuerza imparable, como lo es Lesnar, como lo fue él mismo en ROH, TNA, NXT y ahora en Raw. Pero si Lesnar lo hace ver débil, el futuro de Joe está en grave riesgo.
Esta es una visión fatalista, otros como el mencionado Bischoff o Jim Ross se muestran mucho más optimistas. Este autor también espera que sus temores no se cumplan, pero al final, todo está en manos de Brock Lesnar y de si quiere, o no, ayudar a una cara nueva en WWE.