El ex atacante de Francia y actual seleccionador Sub-21 de su país, Thierry Henry, afirmó que durante su etapa de futbolista y también después de ella tuvo depresión, un problema que arrastraba desde la infancia y que reapareció cuando entrenaba en Canadá durante la pandemia del covid-19.
"Mentí durante mucho tiempo porque la sociedad no estaba preparada para escuchar lo que tenía que decir", contó el campeón mundial en 1998, que tiene ahora 46 años, en una entrevista en inglés con el podcast "The Diary of a CEO", difundida este lunes.
El máximo goleador de la historia del Arsenal inglés afirma que ese problema le acompañó durante los años que brillaba en los estadios, sin ser del todo consciente.
"A lo largo de mi carrera, y desde mi nacimiento, he debido tener depresión", declaró Henry. "¿Lo sabía? No. ¿Hice algo para remediarlo? No. Pero me adapté a un cierto modo de vida", relató.
Thierry Henry (EXCLUSIVE): "I Cried Every Single Day", Dealing With Depression, My Childhood Trauma & Fighting For My Dad's Love!
— Steven Bartlett (@StevenBartlett) January 8, 2024
I had the pleasure of sitting down with one of the Gods of the game - Thierry Henry.
During our conversation, we discussed things that he’s never… pic.twitter.com/COSMAEvcvi
En la vida "hay que poner un pie delante y luego otro, y andar. Eso es lo me dijeron desde muy joven", explica. "Nunca dejé de andar" salvo durante la pandemia del covid-19, donde "ya no podía más", lo que le hizo "comenzar a comprender" qué ocurría.
Henry se retiró como jugador en 2014. Cuando llegó la pandemia del covid-19 se encontraba en Canadá, alejado de sus hijos, que estaban en Europa.
Estuvo "durante un año", en los peores meses de la crisis sanitaria, confinado en Canadá, donde dirigía al Montreal Impact, del campeonato norteamericano.
Entonces se ponía a "llorar casi cada día, sin motivo", afirma. "Las lágrimas venían solas. ¿Por qué? No lo sé, pero quizás estaban ahí desde hacía mucho tiempo", se respondió a sí mismo.
Henry aludió también a que esa fragilidad mental podía venir de su infancia de la búsqueda constante de la aprobación de su padre, que a menudo era crítico con su rendimiento en el campo.
Esa presencia paterna "ayudó en cierta medida al deportista", pero "no ayudó tanto al ser humano", concluyó.
MGC