Este fin de semana se reinicia la temporada en el circuito de Zandvoort, Holanda, para enfrentar la recta de definición y el fin de las relaciones de varios protagonistas de la grilla. El 2024 ha estado plagado de rumores, noticias, fichajes y sorpresas. Más allá de todo lo que ha pasado en el asfalto, el paddock ha tenido la intensidad de Wall Street y más de un negocio se ha cerrado en una temporada donde el término de varios contratos ha generado un sisma para entregarnos un 2025 de recambio. A falta de diez fechas, estos son los finales que se nos vienen.
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El ocaso de la era Hamilton en Mercedes
Tras haber defendido los colores de Mercedes en 236 carreras desde que se unió a la escudería en 2013, y haber conseguido 84 victorias (36%), 152 podios (64%) y seis títulos (2014-2015 y 2017-2020), Lewis Hamilton correrá su última decena de carreras con el equipo. Con un monoplaza en ascenso y el impulso de sus recientes dos victorias (Gran Bretaña y Bélgica), Lewis quiere forzar su entrada en la pelea para terminar en el podio final de la clasificación anual. Actualmente, se encuentra a 27 puntos de esa posición, con Leclerc, Piastri y Sainz como obstáculos a superar. El equipo ha mostrado que, pese a que el próximo año correrá en Ferrari, este 2024 sigue siendo su primer piloto y tiene la prioridad en la pista.
“Lewis es el piloto de Fórmula Uno más icónico de estos tiempos. Hemos ganado muchas carreras y títulos con él. Siempre lo llevaremos en el corazón. El próximo año será impactante verlo de rojo, pero al final todos se acostumbrarán. Ferrari es Ferrari y es un sueño que todos tienen desde que empiezan. Estas carreras son importantes para todos porque queremos acabar por todo lo alto este último año a su lado. Es nuestro principal objetivo. No importa el futuro o a dónde se vaya, él siempre será de nuestra familia”, ha dicho Toto Wolff, jefe del equipo, dejando en claro que estas últimas fechas tendrán sabor a viaje de promoción y melancolía para una de las relaciones más fructíferas que la categoría recuerde.
Sainz y el sacrificio de Ferrari
Cuando Ferrari vio la posibilidad de hacerse con Lewis Hamilton, no desaprovechó la oportunidad. Primero pelearon por el sueño y luego se preocuparon por cómo ordenar la casa. Cuando ello pasó, se dieron cuenta de que tenían que dejar ir a Sainz. Con el vínculo con Leclerc renovado en enero y el fichaje de Lewis en febrero, el español quedó en offside. ¿Era justo? Tal vez no. Carlos se ha caracterizado por ser un piloto regular ante un Leclerc lagunero que intercala grandes jornadas con estrepitosas decepciones. Desde que llegó a Maranello en 2021, disputó 198 pruebas, consiguiendo un acumulado de 1144 puntos, tres victorias y 23 podios. En 2023, cuando Red Bull lo ganó todo, fue Sainz el único piloto de otra escudería que logró ganar (GP Singapur). Nunca decayó ante la presión y ha estado a la altura del reto. En la interna, además, es reconocido como un gran desarrollador y excelente referencia para los ingenieros. El próximo año vestirá el antiflama de Williams.
“Echaré de menos a Carlos, la persona. Nos llevamos muy bien. Desafortunadamente, en este mundo todo se analiza y critica en exceso, pero siempre hemos tenido una relación realmente buena. Hay momentos, con el casco puesto, en los que lo he odiado y él me ha odiado a mí, porque no hemos visto las cosas de la misma forma. Luego, todo siempre se ha arreglado hablando entre nosotros. Compartimos mucho interés y hemos vivido momentos que recordaré para siempre”, confiesa Charles Leclerc, compañero de equipo de Sainz, que enfrentará esta definición intentando lograr que el tándem se despida peleando el título de Constructores. Una tarea complicada, pero están a 63 puntos de Red Bull y 21 de McLaren con aún 485 puntos por disputarse.
La magia de Newey llega a su fin en Red Bull
El éxito en la F1 tiene nombre y apellido: Adrian Newey. De la mente de este ingeniero han nacido los monoplazas que han conseguido doce títulos de constructores y han impulsado catorce coronas de pilotos. Desde los noventa, su estela de monarquías no ha sucumbido. Ya sea con Williams (1991-1999), McLaren (1997-2005), Red Bull (2006-2024) o con las manos de Mansell, Prost, Villeneuve, Hill, Häkkinen, Vettel o Verstappen, su nombre siempre ha sido una constante en una ecuación donde la resultante siempre ha sido la consagración. Este hombre, este diciembre, se va de Red Bull. Cansado de los dramas, discusiones y melodramas, Newey ha decidido que, a sus 64 años, no tiene tiempo para estar en medio de un fuego cruzado. Ganándolo todo y con más por venir, Adrian dijo este año que su vínculo con la casa del toro alado terminaba. Sin tener a dónde ir, algo que no le preocupa en lo más mínimo al saberse deseado por todos, el ingeniero ha decidido terminar de desarrollar el monoplaza del 2025 de Red Bull, este diciembre, e irse. A otro equipo o a casa.
“Todo el mundo habla de mi futuro, pero yo solamente me preocupo por mi presente. Mi esposa me dice todo lo que se dice porque, honestamente, desde hace un buen tiempo no leo las redes sociales ni tampoco la prensa. He aprendido que no puedes leer la prensa cuando es buena y luego molestarte cuando no lo es. Hoy vivo completamente concentrado en el desarrollo del RB17, sin prensa, flashes y todas esas cosas que me distraen”, admite Newey en sus últimos días vistiendo el uniforme que lo ha definido por casi dos décadas. Hoy, ante el adiós, se preocupa más por lo que podrá hacer su último hijo con Red Bull en los trazados del 2025 que por lo que la definición de este campeonato pueda resolver.
El 2024 marcará el fin de tres eras que han definido la Fórmula 1 durante las últimas décadas. La despedida de Hamilton, Sainz y Newey no solo cierra capítulos importantes para Mercedes, Ferrari y Red Bull, sino que también abre la puerta a un 2025 lleno de incertidumbre y nuevas dinámicas en la parrilla. Mientras unos se preparan para nuevos desafíos y otros para un retiro esperado, la F1 se encuentra al borde de un cambio de guardia que redefinirá su futuro. Estos últimos diez grandes premios no serán solo una despedida, sino también el preludio de una nueva era que, sin duda, será escrita con sus legados.