Luego de varias horas y remolcado, llegó el Peugeot 2008 DKR de Carlos Sainz con él al volante, tras sufrir una acumulación de desperfectos que finalmente le costaron el abandono en el Rally Dakar 2016.
"Ha sido un día complicado", comenzó el español y manifestó que "en la segunda parte del tramo, estaba en un sitio absurdo y en un segundo, me quedé plantado".