CSKA Moscú 0-2 Espanyol
Tal y como podía preverse, el CSKA de Moscú entró en el choque a toda máquina, con la firme intención de tapar cuanto antes la vergüenzas que habían quedado al descubierto tras la dura derrota de la primera jornada, ante el Ludogorets (5-1). Al Espanyol no le pilló por sorpresa el furibundo arranque del cuadro local y, aunque tuvo que esmerarse en la tarea, logró superar esos primeros minutos de intensa presión gracias a su concienzudo trabajo defensivo y la intervención puntual de un Diego López que, en torno al minuto 11, se estiró con tino para desviar un disparo de Nikola Vlasic que iba camino de la escuadra.
Superada esta fase, que no se extendió más allá del minuto 20, el conjunto dirigido por Viktor Goncharenko comenzó a perder fuelle y sus ataques empezaron a espaciarse en el tiempo. Aunque en alguna acción puntual pudo intuirse algo de peligro, lo cierto es que el combinado catalán pudo alcanzar el tiempo de descanso sin mayores dificultades.
Eso sí, de su ataque apenas hubo noticias a lo largo de este periodo. Un par de carreras de Matías Vargas, algún intento de incorporación de Adriá Pedrosa y poco más. Para colmo, el siempre combativo Jonathan Calleri se tuvo que marchar al banquillo en el minuto 21 por culpa de una lesión y con su adiós se esfumó también una de las mejores vías para incordiar a la rocosa defensa moscovita, la aérea.
Cambio de guión
Ya que los primeros 45 minutos habían deparado entre poco y nada, parecía lógico que, tras el paso por vestuarios y la correspondiente arenga de sus técnicos, ambos equipos saltasen de nuevo al césped con intención de pelear con más ahínco una victoria tan necesaria por los locales, por el varapalo de Bulgaria, como para los visitantes, incapaces de superar al Ferencvaros en casa hace quince días (1-1).
Aunque no siempre ocurre, lo previsible se transformó en real y dio pie a un comienzo de segundo acto mucho más abierto en el que tanto unos como otros gozaron de ocasiones para adelantarse en el marcador. Especialmente clara fue la que malogró Víctor Campuzano en el 52, al no encontrar la forma de superar al veterano Igor Akinfeev en un mano a mano forzado por Vargas. Afortunadamente para los pericos, antes de que alguien pudiese empezar a acordarse más de la cuenta de la opción perdida, el inquieto Vargas volvió a meter otro pase en profundidad que, ésta vez sí, fue enviado al fondo de las mallas por el chino Wu Lei (minuto 63’).
64' | 0-1 |
WUUUUUUU LEEIIIIII!
WUUUUUUUUUU LEEEEEEEIIIIII!
WUUUUUUUUUUUUUU LEEEEEEEEEEIIIIIIIII!
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— RCD Espanyol de Barcelona (@RCDEspanyol) October 3, 2019
Tras ponerse por delante, el Espanyol optó por nadar y guardar la ropa, o lo que es lo mismo, por mantener su fiabilidad defensiva y esperar una ocasión propicia para sentenciar el partido a la contra. Su táctica, acertadísima dadas sus delicadas circunstancias actuales y la entidad del rival, dio unos frutos excelentes, ya que el CSKA apenas logró inquietar a un siempre seguro y fiable Diego López y los visitantes acabaron rematando el partido en tiempo de prolongación, merced a un error defensivo del que sacó provecho Campuzano (94’).
Esta victoria, además de para afianzar sus opciones de avanzar ronda, sirve para insuflar aire fresco a una escuadra agobiada por un mal arranque liguero que le ha llevado a ocupar, de momento, puestos de descenso. El domingo, frente al Real Mallorca, habrá que comprobar si la mejoría se asienta o si lo de hoy ha sido solo un espejismo.