Quiere ser futbolista. El jamaiquino no resigna sus ilusiones de vestirse de corto y pegarle al balón. A sus 31 años y tras haberse retirado del atletismo, mantiene vigente su sueño de jugar al fútbol y será evaluado por un club australiano.
Desde su retiro del atletismo, tras el Mundial de Londres del 2017, Usain Bolt probó por todas las vías posibles convertirse en futbolista. Un poco por marketing y otro tanto por propio anhelo. El deseo del jamaiquino de competir profesionalmente en el mundo del fútbol tuvo varios capítulos, que incluyeron pruebas en diversos equipos del mundo y presencias en varios partidos benéficos.
A pesar de su ilusión, el plusmarquista no logró encajar jamás y, a sus 31 años, sus esperanzas se renuevan ante una nueva oportunidad en Australia.
El Central Coast Mariners, que milita en la A-League (la Primera División australiana), anunció que está en negociaciones con el ex velocista a quien tendrá a prueba durante seis semanas. Los directivos del club dejaron en claro que evaluarán el rendimiento de Bolt y que en caso de que decidan contratarlo la financiación de su salario será compartida con la federación de fútbol de Australia, que aportaría dinero por el impacto que causaría en la liga la llegada del poseedor de los récords mundiales de 100 y 200 metros llanos.
El jamaiquino, ganador de nueve medallas olímpicas, entrenó en junio pasado con el club noruego Stromsgodset y en marzo con el Borussia Dortmund. Tras ser descartado como delantero en ambos equipos, probará suerte en Australia.