En la década de los cuarenta del siglo pasado la tónica de una franquicia de la NFL era la de perder dinero, un claro contraste a lo que sucede en la actualidad con la liga en su punto más álgido a nivel económico. Dan Reeves, propietario de los Cleveland Rams, estaba acostumbrado a las pérdidas tanto a nivel monetario como deportivo. Pero en la temporada de 1945, con el rookie del año y MVP de la liga, el quarterback Bob Waterfield, los Rams ganaron su primer título de la conferencia oeste y serían los organizadores del partido del campeonato ante los famosos Washington Redskins de Sammy Baugh, que curiosamente nunca habían visitado la ciudad de Cleveland.
Esperando una gran taquilla que recuperase las sufridas arcas del equipo, Reeves movió la sede del encuentro del vetusto “League Park” (30 mil espectadores) al espectacular “Cleveland Stadium” (80 mil espectadores). Por desgracia la meteorología no acompañó, la temperatura al momento del kickoff fue de 22 grados bajo cero. No se podía aparcar en dos manzanas a la redonda por acumulación de nieve y el servicio de taxi al estadio no funcionaba porque el dueño de la empresa era a su vez el owner de la nueva franquicia de los Cleveland Browns que jugaría en el estreno de la AAFC. Aunque los Rams ganaron 15-14 para proclamarse campeones, apenas 32 mil personas presenciaron el choque. Pocas veces se había visto tan vacío el Cleveland Stadium.
Reeves perdió más dinero en años anteriores, pero en la temporada en que su equipo alcanzó el campeonato todavía perdió 64000$. Las perspectivas de triunfar en la taquilla parecían pequeñas toda vez que la liga rival AAFC comenzaría a jugar la siguiente campaña con una franquicia en Cleveland que se anticipaba como la más fuerte. Reeves había decidido que para la siguiente reunión de propietarios en enero de 1946 insistiría en hacer realidad su largo deseo de mover la franquicia a Los Angeles.
Durante los años de la guerra la liga recibió muchas peticiones de montar un equipo nuevo en L.A. Alguna incluso ofreció comenzar jugando en Buffalo hasta que las restricciones de viaje se levantaran. Pero en aquella época la NFL era un grupo muy cerrado y sus propietarios siempre se negaron: “Echando la vista hacia atrás puedo ver como nuestra actitud tan obtusa iba a provocar problemas para nosotros mismos antes o después”, rememoró George Halas. Estas negativas acabaron siendo la semilla de la AAFC, que incluiría franquicias en grandes ciudades NFL como Chicago, Cleveland y Nueva York, y además en Los Angeles.
En la reunión general de propietarios que comenzó el 11 de enero de 1946 se tomó la decisión de relevar al por entonces comisionado, Elmer Layden, y poner en su lugar a Bert Bell, ex dueño de los Philadelphia Eagles que por diversos reveses financieros se había visto obligado a vender la franquicia. Al día siguiente llegó el momento de tratar el asunto de los Rams. El general manager del equipo, Chile Walsh, hizo un apasionado discurso para que la liga dejara a los Cleveland Rams mover sus operaciones a Los Angeles. En caso contrario cedería el territorio de California a la nueva AAFC con dos equipos instalados allí, Los Angeles Dons y San Francisco 49ers.
Tras una primera votación negativa Reeves ofreció un ultimátum: “Los Angeles, Dallas, o nada, los Cleveland Rams dejan el football profesional”. Finalmente, los propietarios retrocedieron y acordaron que Reeves se hiciera cargo de los costosos desplazamientos a la costa oeste pagando 15000$ a cada equipo visitante. Esa tarde la NFL se convirtió en la primera gran liga deportiva americana con franquicias de costa a costa.
El siguiente escollo para Reeves fue el estadio. El “Los Angeles Coliseum” tenía una prohibición no oficial contra los equipos profesionales en beneficio de las universidades de UCLA y USC. La NFL llevaba cumpliendo a rajatabla una regla no escrita desde hacía trece años, ningún jugador de color había formado parte de la liga. Romper esa barrera era condición sine qua non para que los Rams jugaran en el Coliseum. Cuando el general manager Chile Walsh aseguró un contrato de tres años con la ex estrella de UCLA, Kenny Washington, la franquicia consiguió su estadio y lo más importante, integró la liga de forma definitiva en un momento en el que el gran Jackie Robinson todavía actuaba en las ligas menores de beisbol.
En julio de 1946 Los Angeles Rams iniciaron su primer training camp en California, concretamente en Compton Junior College, al sur de la ciudad de L.A. Con varios jugadores vinculados a estrellas de Hollywood pronto la franquicia se abrió paso en los principales medios locales. Uno de los chicos del equipo de publicidad de los Rams, de apenas 20 años, parecía especialmente apto: despachando noticias diarias, siempre ayudando a la prensa en lo que necesitaban, repartiendo cafés e incluso trabajando en el programa del partido “intrasquad” del equipo. ¿Su nombre? Pete Rozelle.