MIRA | “Necesitaba mayor tiempo de adaptación al campeonato y clima”: la lupa desde Letonia sobre Joao Grimaldo
El atacante de 22 años lleva en la sangre su filosofía: ser paciente y respetuoso. Esos valores lo acompañan en su convivencia diaria con uno de los futbolistas alemanes más exitosos.
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Tras formarse en EGB, pasar por las menores de Alianza y hacerse conocido con Melgar, despedirse del Misti era necesario para Kenji. Todo quedó atrás por una oportunidad que representaba un salto en su carrera. Aterrizó en Canadá con una maleta, un sueño y lo que le inculcaron desde niño.
Sus primeros entrenamientos en el BC Place Training Centre fueron un curso acelerado de adaptación. La MLS demandaba mayores exigencias que la Liga 1. El contacto físico era más intenso en cada práctica. Los espacios, más reducidos. Pero algo no cambió: su disciplina.
El sensei alemán
El 15 de agosto, Müller pisó por primera vez el centro de entrenamiento de los Whitecaps. Kenji lo observó a la distancia, notando algo familiar: su convicción, el carisma que emana, cómo saluda a cada compañero con respeto genuino y la disciplina que lo caracteriza. Cuando el alemán se acercó para presentarse, Kenji hizo una reverencia instintiva. El alemán sonrió y correspondió con un gesto de asentimiento. Habían establecido un código de respeto mutuo.
En los primeros ejercicios juntos, Kenji aplicó lo aprendido: observar antes de actuar, escuchar antes de hablar, aprender antes de enseñar. Müller, con su experiencia de casi dos décadas en el fútbol profesional, se convirtió sin proponérselo en el sensei que Kenji necesitaba.
La primera lección
El 23 de agosto, en un partido contra St. Louis City, llegó el momento que Kenji había visualizado durante días. Minuto 99, marcador empatado 2-2. El peruano recibió el balón por derecha con espacio para pensar. En lugar de acelerar, controló el ritmo y metió un pase en profundidad para Mathías Laborda. Fue Penal. Müller tomó el balón, detuvo el tiempo antes de rematar y ejecutó con frialdad. Gol y victoria 3-2 de los Whitecaps. En la celebración, Cabrera se confundió entre sus compañeros. La lección fue aprendida: resolver con jerarquía.
El dojo de Vancouver
A menos de un mes de su arribo a Canadá, Kenji ha encontrado en el centro de entrenamiento de los Whitecaps su nuevo dojo. Müller, sin saberlo, se ha convertido en el sensei que le enseña técnica, táctica y la filosofía del fútbol de élite. Las sesiones de entrenamiento son ahora lecciones magistrales para el peruano. Observa cómo Müller lee las jugadas antes de que se desarrollen, cómo anticipa movimientos rivales, cómo mantiene la calma en momentos de presión.
La transformación es necesaria. El chico tímido que llegó de Perú tiene tomar decisiones con más confianza, anticipar jugadas con mayor claridad y mantener la compostura en momentos críticos. Sacar provecho de la sabiduría futbolística de Thomas Müller. En Vancouver, cada sesión es un paso más hacia la perfección que le enseñaron a buscar.
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