Su verdadero nombre era Terry Gene Bollea, pero transformó la lucha libre profesional en un espectáculo familiar a escala mundial haciéndose llamar Hulk Hogan. Bajo ese nombre cautivó a varias generaciones en el ring hasta convertirse en un fenómeno de la cultura pop. Un pañuelo amarillo y un bigote muy singular, además de mucho carisma y teatralidad, lo convirtieron en un ícono del entretenimiento y una moda que arrasó por décadas a través de la ‘Hulkmanía’. Pese a sus múltiples polémicas y escándalos, Hogan falleció a los 71 años siendo un personaje muy querido. Y aunque nunca llegó al Perú, hubo una ocasión en la que un imitador suyo aprovechó su parecido físico para llenar el coliseo Dibós por cuatro días seguidos y pasearse por todos los programas de televisión de entonces aún sin ser siquiera luchador.
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Un luchador legendario
Entre una de sus batallas más épicas hay una que salta a la memoria por la trascendencia y significancia. Sucedió en el WrestleMania 18, allá por el 2002, cuando ya era toda una leyenda del ring y le tocó enfrentar a uno de los íconos modernos de la lucha libre, The Rock.
Aquella batalla no solo fue memorable, sino que además debe ser una de sus peleas más icónicas del Siglo XXI. Aunque fue Dwayne Johnson, hoy con 53 años, quien ganó la pelea en aquella ocasión, significó una de las reapariciones más alucinantes de una figura de la WWE.
Quince años atrás, en todo su apogeo, Hogan protagonizaría otra de las peleas más alucinantes registradas en la lucha libre: una que ganó ante el entonces famoso André el Gigante frente a 93 mil espectadores. Todo un récord.
Hogan, más allá del cuadrilátero
Su porte de camión, la melena rubia, sus atípicos bigotes, el pañuelo y los lentes lo convirtieron en una figura deslumbrante. Su personalidad, además, tan singular, lo transformaron en todo un personaje que no tardó en alcanzar popularidad más allá de la lucha libre. Incluso, hasta llegar a Hollywood.
Su nombre se convirtió en una marca registrada. Supo reinventarse y renombrarse como Hollywood Hogan. Más allá de sus cientos de controversias, Hogan fue por décadas el referente de la lucha libre y su imagen tuvo un impacto cultural en la época: looks, chistes y hasta poses.
Muchos lo recordamos en su participación en la película Rocky III (1982) como Thunderlip, junto a Sylvester Stalone. Allí fue el oponente de Rocky Balboa, película que representó el debut de Hogan en el cine. Luego de películas de menor presupuesto y fama, Hogan también incursionó en realitys como Hogan Knows Best. Su salto a Hollywood le abrió las puertas a otros luchadores como The Rock, Jhon Cena y Dave Batista.
Hogan, que consiguió seis campeonatos de la WWE y en el 2005 ingresó al Salón de la Fama, deja un legado que trascendió la lucha libre, transformó la industria y alcanzó una escala de ícono cultural entre los años ochentas y noventas.

El Hogan que llegó al Perú
Hulk Hogan nunca visitó el Perú. Quien sí lo hizo fue Rick Hogan, un imitador que decía ser el primo de Hogan y que aprovechaba su parecido físico para ganar popularidad. Era un imitador que en 1999 llegó al Perú junto a otros luchadores para cautivar al público peruano que por entonces veía las peleas de la WWE solo gracias a un programa de Panamericana llamado ‘Gladiadores’, donde se transmitían shows de la WWE.
Fue en mayo del 1999 que este grupo de luchadores llegó a Lima. Destacaban Cyborg y una chica, Montana. Tuvieron cuatro funciones: el 20, 21, 22 y 23 de mayo, fechas en las que reventaron el coliseo Amauta. Antes de las presentaciones, estos luchadores denominados ‘Gladiadores’ desfilaron por los programas más sintonizados de la televisión nacional de entonces.

Es así como Rick Hogan llegó a pelear contra Kike Suero en el programa Los Cómicos Ambulantes, también se presentó en el programa de Mónica Zevallos y hasta se lució con unos pasos de cumbia al ritmo de Janet Barboza en el famoso programa La Movida de los Sábados.
En esa gira mediática hay escenas impensadas como Cyborg cargando a Barboza en plena transmisión o Hogan recibiendo puñete tras puñete de Kike Suero sin siquiera incomodarse. En otra de sus apariciones, siempre aparentando ser Hulk Hogan y aprovechando un parecido físico que se complementaba con el traje, los lentes, el bigote y el pañuelo, Rick Hogan junto a sus luchadores participaron de un programa llamado “Los Gladiolos DEL CATCH”, una parodia en la que el actor Adolfo Chuiman era una especia del doble de Rick Hogan. Alucinante.

