Nuria Gomà nació en Sabadell y es la menor de cinco hermanos. Ella, al igual que su padre y tres hermanos, enfocó su vida laboral hacia el banco más conocido de la localidad barcelonesa. Pero tras diez años de vida en la sucursal, sufriendo episodios de estrés y trastornos del sueño, decidió cambiar de aires y perseguir su sueño. Era 2009 y la crisis no había hecho más que estallar en España y creyó que era el momento perfecto para abandonar su despacho en busca de viento y olas y dedicarse por completo al kitesurf. Gran parte de culpa la tuvo su novio, que fue quien inyectó la dosis necesaria para convertirse en rider de un deporte que vive del viento y se practica con una tabla y una cometa. "Tardé en probarlo. Me iba con él a la playa y le veía hacer kitesurf mientras la arena me daba en la cara. Pero en un viaje a Sudáfrica me lancé y probé", dice mientras mira a su pareja con ojos de agradecimiento.
Si ahora hablas con Nuria te das cuenta rápidamente que esa elección ha sido la mejor de su vida, que las horas perdidas en la playa viendo como su chico buscaba olas mientras ella se protegía del viento con la toalla resultó se la gota que colmó el vaso para confirmar su deseo de cambiar de vida. También para saber que él iba a ser su mayor apoyo tras el drástico cambio de vida. "Mi gente no encajó bien mi decisión. Incluso algunos amigos se lo tomaban como si yo estuviera siempre de vacaciones. Para ser sincera, sólo me apoyó David". Y no le ha ido nada mal con el cambio de vida. En menos de seis años ha conseguido ser campeona de España en cuatro ocasiones y en 2013 quedó tercera en el ranking mundial.
La gente debe alucinar cuando cuentas que antes trabajabas en un banco…
-La gente se sorprende bastante cuando les digo que yo era banquera. ¡Y banquera con diez años de experiencia! Les cambia la cara porque además los banqueros no están bien vistos en la actualidad.
Una jugada maestra porque abandonas la banca cuando estalla la crisis. ¿Cómo surge la idea?
-Antes de dejarlo llevaba dos años haciendo kitesurf como ‘hobbie’. Cuando dejé el banco empecé a entrenar más y decidí competir. Siempre cuento que en mi primera competición quedé última. En vez de hundirme, me animé y seguí luchando hasta donde estoy hoy.
Algunos pensarán que tu vida es un chollo, pero habrá mucho sacrificio y entrenamiento detrás de tus logros.
-Nadie te regala nada en este mundo, ya seas banquero o deportista. Tener un trabajo normal es más cómodo porque tienes tu sueldo a final de mes, pero luego hay que ver si te compensa ese tipo de vida. Yo he pasado momentos muy duros. Dependía de los resultados para poder pagar la siguiente competición. Era una doble presión porque debía hacerlo bien y conseguir al premio económico.
¿Es complicado vivir del kitesurf?
-Es complicado. Es un deporte minoritario, aunque ahora esté de moda. Una cosa es practicarlo y otra vivir de ello. Además la crisis ha ahuyentado a los sponsors. Puedes vivir de ello, yo lo estoy haciendo, pero cuesta. Yo alterno los entrenamientos con pequeños trabajos de entrenadora para seguir compitiendo porque no hay ayudas de federaciones.
¿Se gana más dinero con los premios o con los derechos publicitarios?
-Siempre con los derechos publicitarios. Para empezar, las chicas percibimos la mitad de dinero que los hombres en premios de campeonato. Eso sin contar con los viajes. El año pasado participé en el Mundial en China y tuve que pagarme el billete, alojamiento dietas, inscripción… En Australia quedé tercera y el premio fueron 900 euros y ya sólo el billete me costó el doble.
¿Cómo es un día en la vida de Nuria Gomà?
-Te voy a contar un día de mi vida en Brasil, donde paso la mayor parte de mi vida. Me voy a correr antes de desayunar, me hago un gran desayuno energético, la comida más grande del día, entreno entre una y dos horas, almuerzo algo ligero, hago la segunda sesión de kitesurf con tonificación y ceno pronto.
¿Cuál es tu mejor playa para practicar kitesurf?
-Para mí es Brasil porque lo tiene todo. Viento constante cada día, playas maravillosas y nada masificadas. Y encima puedes navegar sin neopreno.
¿Has visto más tiburones en el banco que en al mar?
-En el mar he visto uno en mi vida, en la banca hay de todo.
Nos interesa la experiencia con el tiburón que te encontrarse navegando…
-Ahora me río mucho, pero en ese momento salí llorando del agua. Aún no controlaba mucho y estaba anocheciendo. Me acerqué porque pensé que era un pez grande y entonces vi la aleta de tiburón. Giró los ojos y me siguió. Volví a la orilla haciendo el gesto de tiburón y la gente pensaba que estaba saludando. Me llevé un susto impresionante. No me creyeron, pero después se vio en las noticias que era una tiburón hembra que se acercó a la costa porque estaba muy enferma.
Has demostrado que eres una soñadora y te ha salido todo muy bien. ¿Cuál es tu sueño ahora?
-Seguir viviendo de esto. Hacer de mi ‘hobbie’ mi forma de vida, eso es lo mejor que me ha pasado y seguiré luchando.
¿Se te pasa por la cabeza volver al banco?
No quiero volver. Debería pasar algo muy gordo para volver a ese mundo. No cambiaría esta oficina de trabajo por nada del mundo.