Wayde van Niekerk demostró en los Juegos Olímpicos Río 2016 que está destinado a ser la nueva estrella del atletismo mundial. El sudafricano se llevó la medalla de oro en la prueba de 400 metros con una impresionante marca de 43.03 segundos, haciendo pedazos el récord de 43.18 impuesto por Michael Johnson hace 17 años.
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Pero no es solo la velocidad de Van Niekerk lo que sorprende a todos. Resulta que, detrás de la impecable preparación del atleta sudafricano, se encuentra una bisabuela de 74 años llamada Ans Botha, quien es su entrenadora desde hace seis años.
Esta anciana de cabello blanco, conocida por sus pupilos como ‘tía Ans’, descubrió a Wayde van Niekerk en el Campeonato Mundial Juvenil de Moncton en 2010. Pero recién empezarían a entrenar juntos en 2012, cuando el nuevo plusmarquista ingresó a estudiar marketing a la Universidad de Estado Libre de Sudáfrica, donde Botha se desempeñaba como jefa del equipo de atletismo.
“Me reuní con sus padres y trazamos un plan. No diría que tuve miedo, pero sí que sentí la gran responsabilidad de explotar todo el potencial de este atleta”, explica Botha, quien se dedicó a trabajar su musculatura y sanar por completo sus anteriores lesiones.
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El primer gran logro de Wayde van Nieker bajo el mando de la ‘tía Ans’ fue ganar el campeonato nacional de Sudáfrica, con un tiempo de 45,99 segundos. Desde ese momento, el atleta sudafricano ha brillado en todas las competencias de atletismo que disputó hasta llegar a coronarse campeón olímpico.