Walter García (39) recuerda con cierta añoranza la primera vez que sus padres lo llevaron a la Plaza San Francisco, a tres cuadras de la histórica Plaza Mayor de Cusco, para intercambiar figuritas con cientos de desconocidos que compartían esa afición como si fuese una religión. Era solo un niño: tenía en la mano derecha su álbum del Mundial USA 94 de la editorial Navarrete y en la mano izquierda un pequeño lote de cromos repetidos recién salidos del sobre. Y mientras tachaba en su papelito lo que iba consiguiendo, la ilusión por estar cada vez más cerca de completar su colección era imposible de contener. Hoy, treinta años después de aquel recuerdo, posee en su casa de Miraflores más de 10 mil piezas de colecciones de álbumes (la gran mayoría son Panini), cromos, cards y toda clase de souvenirs sobre Mundiales, Copas América, Eurocopas y mucho más que reposan en muebles ordenados, algunas cajas selladas en el depósito y en bolsas herméticas para una mejor protección. Él quizá no lo sabe, pero Walter se ha convertido en el coleccionista más grande que hay en el Perú. Y nosotros contamos su historia.
LEE: Una decisión que ya pensaba antes del clásico: la historia detrás del despido de Restrepo y qué se sabe del futuro de Bruno Marioni
“Me encantaba cambiar figuritas. Le rogaba a mis padres que me lleven a ese lugar. Había mucha gente que vendía e intercambiaba. Era el punto de encuentro en el 94 para quienes nacimos en Cusco. Hoy, la gente cambia en el parque Kennedy o en el Centro Cívico. Cuando me faltaban pocas, terminaba comprándome las faltantes. La emoción de pegarlas al álbum era increíble”, nos cuenta Walter, mientras mira con un semblante de orgullo a sus hijos Gael y Diego, de 10 y 8 años, respectivamente.
Con el pasar del tiempo, iba sumando piezas a su colección, un poco de todo, pero de preferencia relacionadas al fútbol. Hasta que llegó el detonante que lo cambió todo: la clasificación de Perú a Rusia 2018. “Gael comenzó a agarrarle el gusto a esto. Le encantó abrir los sobrecitos del Mundial. Siempre me preguntaba: ‘¿papá, tienes otro álbum?’ Y yo compraba nuevas colecciones. Es bacán, porque empiezo a buscar versiones raras. Ahora es una tradición familiar”, detalla.
Walter ya no solo compraba álbumes y pegaba las figuritas, sino que empezó a armar sets completos sin pegar. “Veía a la gente que coleccionaba así. Después compré micas para cuidar los cromos y ordenarlos. Empecé a contactar gente de otros países para conseguir nuevas piezas. Me han mandado figuras de Egipto, Alemania, Portugal, España, Inglaterra, Italia. De todo el mundo. Y todos sienten lo mismo que yo”, asegura.
MIRA: Inyogo Sports: “Kimberly García tiene un valor comparable al de un destacado futbolista de la selección en campañas publicitarias”
La joya de la colección: un álbum de 20 mil soles
Recientemente, Walter sumó los álbumes de la Copa América de Panini y la Eurocopa de Topps (casi en todas sus versiones) debido a la euforia que provocó el inicio de ambos torneos y la participación de Perú en uno de ellos; pero ninguna es la joya de su colección. La cuida como si fuese el tesoro más preciado: un álbum del mundial México 1970 de Panini en buenas condiciones, con todas las figuritas pegadas y en el que aparecen cracks como Teófilo Cubillas, Héctor Chumpitaz, Roberto Chale y Perico León. “Costó 10 mil soles cuando yo lo conseguí, hoy debe estar en 20 mil o más”, afirma sin remordimiento.
Esa joyita es una de las más pedidas entre los coleccionistas peruanos y pocos la tienen. Walter es uno de ellos, aunque admite que está en la búsqueda de la misma edición con las figuritas completas sin pegar. “No la voy a comprar completa, pero de a pocos. Ahora está valorizada en 100 mil soles y sin álbum. Esa es la que me falta para sentirme completo”, expresa con un semblante de bibliotecario que trata de encontrar el libro más preciado.
Mientras conversamos, por sus vitrinas se ven parte de su colección: ediciones intactas de los álbumes de los Mundiales desde México 1970 hasta Qatar 2022; el compendio de los álbumes de la Copa América desde 2001 hasta 2024; y la colección completa de las Eurocopas desde 1980 hasta 2024. “La más difícil conseguir fue el álbum de la Copa del Mundo de Alemania 1974. La figurita de Johan Cruyff cuesta una barbaridad. Si uno quiere comprar figura por figura, esta colección puede valer 20 mil soles también”, nos advierte Walter.
Dentro de ese mar de rarezas también destacan, por ejemplo, el álbum de la Copa América 2001 que es difícil de conseguir y su valor está en los 600 soles. O los álbumes de las Eurocopas de 1980 y 1984, por las que alguna vez pagó 2 mil dólares al instante. Sin embargo, lo que más feeling le genera son las piezas de España 1982 y Rusia 2018, los dos últimos mundiales a los que asistió Perú. “Son más significativas para mí. El primero era el último recuerdo de la selección en una justa mundialista hasta que sucedió lo de Rusia. Disfruté esa última clasificación porque estaban mis hijos, con ellos vimos los partidos y gritamos como locos”, recuerda con cierta nostalgia.
¿En cuánto está valorizada su colección?
Una peculiaridad que Walter tiene es su interés por sumar distintas versiones de una misma edición, como sucedió con el álbum Panini de Rusia 2018. En ese tiempo, no solo compró la que se vendió en el Perú, sino también la versión Gold que se publicó exclusivamente en Suiza, un manjar entre los coleccionistas y cuyo valor, en ese momento, era de dos mil soles. “Me encanta ese álbum. Tengo tres de esos. Todavía no lo he terminado de pegar”, menciona. Pero, así como la suiza, también están las versiones italianas, brasileñas y norteamericanas. Cada una con cierto grado de calidad.
Algo similar sucedió con el álbum Panini de Qatar 2022, que también tuvo un sinfín de versiones, pero el interés no fue similar, porque Perú estuvo ausente en ese Mundial. Eso sí, toda colección tiene su magia. “No soy exquisito con la perfección de la figura. Hay gente maniática de la diferencia, también aquellos que no le dejarían tocar esas piezas a sus hijos. Yo no tengo problemas. Sí pido que las cuiden, pero les dejo ver”, comenta al respecto.
En su camino como coleccionista, Walter pasó de todo: desde ser estafado por querer sumar piezas que no tenía, hasta las advertencias de su esposa Mercedes. “Ella me dice que pare, pero le digo que no se preocupe, que solo compro las colecciones nuevas. Lo que no sabe es que salen colecciones nuevas todos los años (risas). Pero no es un problema familiar”, asegura.
Con más de 10 mil piezas dentro de su casa, que ahora Walter cuida como si fuese la bóveda del BCR, ni siquiera usando una simple calculadora podría acercarse al valor estimado de su colección. No ha pensado una cifra, pero sí qué podría comprar si vendiese todo. “Lo que tengo vale mucho. Quizá un buen departamento, una casa grande en un barrio exclusivo; pero encontrar otro loco no es fácil (risas). El valor aumenta con el tiempo”, expresa. Eso sí, tiene claro que Gael y Daniel serán los herederos de todo, aunque le gustaría que mantengan esa tradición familiar.
*Bonus track: En sus ratos libres, Walter publica vídeos en su canal de YouTube llamado ‘Pasión y colección’, donde sube contenido sobre sus colecciones, unboxings y mucho más.