El Clásico Joven llega como gran banquete para este sábado, América y Cruz Azul se citan en un mano a mano en el que ambos clubes llegan con presentes bien diferentes. Las Águilas son el actual campeón del futbol mexicano, pero su rendimiento de los últimos juegos ha sido muy bajo. Todo lo contrario pasa en La Máquina, un equipo que empezó el curso sumergido en un mar de dudas, con polémicas internas, pero que en el campo ha disipado cualquier interrogante.
América es el actual campeón y lo deben recordar todos, sentenció André Jardine tras el empate a dos goles con Mazatlán el pasado miércoles, el mismo día que Cruz Azul fue a León para dar un golpe de autoridad y consolidar a La Máquina como el mejor equipo del torneo, que registra picos de rendimiento muy altos y con seis victorias en la espalda.
El contraste
Las Águilas son sinónimo de regularidad, no hay equipo como los azulcrema que en los últimos tiempos se haya convertido en un asiduo participante y contendiente al título, la Liguilla es su hábitat natural y es una amenaza constante, porque se ha acostumbrado a estar en los primeros lugares.
La Máquina, como proyecto deportivo, es un antónimo de las Águilas; es decir, es un club que en los últimos tiempos ha vivido en el caos y en la irregularidad, una institución que es un volado al aire porque es capaz de deconstruirse internamente, y los nuevos modelos que surgen no echan raíces.
En los últimos diez años, los de Coapa han conquistado tres títulos de Liga: Apertura 2014, Apertura 2018 y Apertura 2023. En ese mismo lapso, los de La Noria solo pudieron llegar a una final, la cual ganaron en el Guardianes 2021, y fue celebrada por todo lo alto porque puso fin a una sequía de 23 años.
América ha sabido encontrar a los entrenadores que comanden su proyecto y le inyecten una identidad futbolística, logrando lideratos y desplegando un futbol que ha sido reconocido y aplaudido.
Cruz Azul se ha estrellado una y otra vez, ha dado vueltas de timón y no había encontrado, hasta ahora, un sello que le permitiera verse como un equipo con sangre, que ofreciera jornadas de alegría, más bien entrega tardes de pesar y de nuevo vuelta a empezar.
El momento
América se mira en el espejo y se espanta, no se reconoce, ve una cosa que no se parece nada al equipo que fue campeón hace un par de meses. Ha sido afectado por lesiones y por cuadros gripales, física y futbolísticamente están muy lejos de su mejor versión.
Cruz Azul se mira en el espejo y se ve gallardo, encuentra un rostro que agrada, que juega bien, que luce en lo físico, con una presión alta que agobia a los rivales, que impone el ritmo y quiere tener la pelota, que se lanza valiente y consciente en busca del arco rival, que ha sabido levantarse de la adversidad, que juega y deja jugar, pero, sobre todo, que gana de una forma que llena la retina.
En el papel, para América no es un buen momento para medirse al Cruz Azul; para La Máquina el juego llega en las circunstancias ideales, hoy es el día para dar un golpe sobre la mesa, porque si no es ahora no se ve cuándo pueda hacerlo. Nunca como hoy el choque de dos modelos augura un intercambio de golpes como hace tiempo no se veía.
¡DÍA DE CLÁSICO JOVEN! ???? ¡DÍA DE VER JUGAR A LA MÁQUINA CELESTE! ????
— CRUZ AZUL (@CruzAzul) February 24, 2024
VAMOS JUNTOS POR EL TRIUNFO ????#AzulDePorVida pic.twitter.com/XccJu0wVoo
AVV