25/11/2024

¿Por qué fracasa el mejor entrenador peruano?

Hace un año

¿Por qué fracasa el mejor entrenador peruano?

La caída de Juan Reynoso devalúa la figura del técnico local como candidato a ser seleccionador

La caída de Juan Reynoso devalúa la figura del técnico local como candidato a ser seleccionador

Sentado en la mesa larga de conferencias de la Videna, sin presidente de federación ni director general al lado, Juan Reynoso comparecía solo ante la prensa -ese “demonio”-, como quien se detiene frente a un paredón. Nunca los quiso, salvo a dos o tres que le hacían el amén. Nunca lo amó el gremio tampoco. De jugador primero y de entrenador después, Reynoso era parco y difícil. “Olvídense, soy invisible”, le respondió a EC cuando en 2010 lo invitamos a que reciba un premio como entrenador del año. “¿Estás de payaso, Alan?” le dijo a Alan Diez cuando este lo requirió en un pasillo de Ate. Los resabios de sus peleas con la prensa de cuando fue capitán del grupo seleccionado en los 90 siempre volvían. “Alguna prensa evalúa con resentimiento”, decía a EC en el 98 a Wilder Buleje. Y remataba con una frase que podría hoy tener la misma vigencia: “Me siento más valorado en México que en Perú”.

Lo que no dice Wikipedia es que Reynoso no dirige equipos, los copa. Los toma, los modula de tal forma que se hace cargo de casi todo lo relacionado a esa marca. Así fue en Bolo, en la U, en Melgar. Así lo hizo en la selección. Porque, aunque su contrato decía que la misión eran las eliminatorias, él hablaba de formar a futuro más atletas que pericoteros; de crear jugadores marca Perú y de lograr futbolistas “camaleónicos” que puedan jugar de una forma y a los dos minutos, con una indicación suya, en otra posición. Reynoso volvió a la selección no como entrenador, sino como el rey de Videna, avalado por su química con Lozano, su nexo con Oblitas y, sobre todo, por una cadena de éxitos en clubes que harían candidato a cualquiera que lo lograse: campeón en provincias, campeón en Lima y campeón en México. Súmele que fue capitán de la selección 6 años -antes de que lo echara Maturana en 2000- y la parábola del hijo pródigo estaba pintada para él.

Sus números hablaban, de algún modo, por él. Desde que inició como entrenador en el 2007, dirigió en Perú 390 partidos, ganó 170, empató 110 y perdió 110. Un 53 % de efectividad. En ese lapso se llevó títulos con Bolo, la U y un Melgar al que casi refundó. Solo Mosquera se le acerca en palmarés, pero Reynoso lo supera en puntos logrados en Libertadores. También en éxito en el extranjero. El ‘cabezón’ metió a Puebla a unas semifinales y a Cruz Azul, donde es ídolo, lo hizo campeón semestral luego de 23 años. Aunque formativamente es más “mexicano que peruano”, era el técnico local que, por consenso, se postulaba a Videna. Gareca, incluso, alguna vez cuestionado por un eventual reemplazante peruano dijo “Juan”.

Ver noticia en El Comercio: DT

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