La primera es que esta Clasificatoria será un ejercicio de angustia y contención. La esperanza que cobijaba el espectador deberá mutar en resiliencia; la alegría, en algo parecido a una ética espartana. Gareca y Reynoso entienden el fútbol de manera distinta y eso no es malo. El contexto cambió. Los jugadores cambiaron. El seleccionador debe conseguir el objetivo con las herramientas que tiene a disposición, no con las ideales o con las que sueña el hincha romántico. Como le escuché decir a Juan Carlos Ortecho en RPP, “no hay tabla de posiciones de quién la toca más bonito”. Esto no es “fantasy football”.
La segunda es que Reynoso sabe replantear. El segundo tiempo en Asunción -la primera visita peruana antes de esta, el jueves 12 contra Chile- fue marcadamente mejor que el primero para Perú, quizás porque la estrategia era más clara y estaba signada por la necesidad. Si en los primeros 45 minutos Reynoso buscó discutir el mediocampo con pie y músculo (Tapia, Yotún y ‘Canchita’ como un triángulo que permita el despliegue de Carrillo y Polo), ya en el segundo, con 10 hombres, supo que tocaba parquear el bus y mantener el orden. Lo hizo bien, al punto que Tapia brilló como central, López neutralizó su franja, Cartagena logró estabilizar la volante y Polo se benefició de Corzo por la derecha, tal como ocurre en la ‘U’. Juan corrigió y corregir es una de las grandes virtudes de un DT con ambición mundialista.
La tercera es que Pedro Gallese no solo es el mejor arquero de la historia de Perú, sino que es uno de los 10 mejores del mundo. Nos cuesta reconocerlo incluso localmente, quizás por un problema de autoestima o ese sesgo de mercado que le ha impedido al ‘1′ competir en Europa, pero lo es. Tiene todo: reflejos, técnica, achique, corte, liderazgo, constancia. No es el mejor con los pies y quizás por eso, en Sudamérica, Ederson y Allison pueden estar por encima. Los argentinos argumentarán que ‘Dibu’ Martínez, pero la verdad es que el argentino es el arquero más sobrevalorado de los últimos tiempos y tiene una inclinación marcada al blooper, como lo constata todo aquel que ve la Premier League. En Europa, solo están arriba Neuer, Ter Stegen y Courtois. El resto (Pickford, Maignan, Simon, Donnarumma) no lo miran desde arriba. No es poca cosa tener un guardameta de clase mundial defendiendo tu arco, sobre todo cuando toca competir por una plaza en Sudamérica y tu entrenador se caracteriza por el conservadurismo.
El jueves 12, ante Chile, Gallese no solo juega su partido 100 con Perú sino que tendrá la responsabilidad de liderar a una selección a la que aún le cuesta pararse tal como lo desea su técnico, que deberá enfrentar a la potencia histórica de la región y que, por localía, tiene obligación de sumar al menos un punto. Si lo hace, Pedro podría ayudar a construir una nueva narrativa nacional, que urge: la de una bicolor pragmática, siempre sufrida, pero ojalá efectiva y resultadista.