El abrazo efusivo con sus pupilos lo decía todo. Marcelo Grioni, técnico de Cusco FC, había logrado la permanencia en la Liga 1. Incapaz de contener la emoción, estalló en euforia no solo por salvar la categoría, sino también por problemas que lo impedirían continuar el próximo año bajo la dirección técnica de los imperiales.
“La dirigencia, más allá de si íbamos a Segunda, quería que me quede. Vengo de un problema personal por la salud de mi hermano, por eso quiero irme a mi casa, apoyarlo en estos momentos complicados (...) Si todo va bien, me voy a quedar”, dijo el técnico para radio Ovación.
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Grioni felicitó la entrega de sus jugadores y manifestó que descender hubiera significado una mancha en la carrera de los deportistas y su comando técnico, que al final logró la permanencia. “Era una final jugar esta instancia es complicado. Hicimos lo que teníamos que hacer, que es dejar a este gran club en Primera”, agregó.
El entrenador argentino dirigió nueve partidos, empató dos, perdió cuatro y ganó tres; en total, sumó once puntos sin considerar las dos unidades que Cusco FC ganó por un reclamo a Cienciano. Estas cifras permitieron que los de la Residencial Huancaro continúen en la máxima división.