Djokovic, cuatro veces campeón en la tierra batida romana, pareció falto de brillantez, lento a la hora de moverse en la pista y con poco acierto en sus golpes, pero superó igualmente este mal día y triunfó tras dos horas y nueve minutos en la pista central del Foro Itálico.
El serbio, que regresó a competir en Roma tras ser descalificado del Roland Garros por dar un involuntario pelotazo a una juez de línea, perdonó hasta diez de sus trece bolas de rotura ante un Krajinovic que llegó a conducir 4-1 en el desempate del primer set, antes de rendirse 9-7.
Sorprendentemente, Nole apostó muchas veces por unas dejadas para salir de los puntos más largos, ante un rival que sacaba mucho provecho cuando podía liberar su excelente revés. Sin embargo, tampoco esas dejadas le dieron muchos dividendos al número 1 del mundo, que tiró de experiencia para superar los momentos más complicados.
Y es que para Djokovic el de este viernes era un partido delicado, ante un rival con el que tiene un fuerte vínculo de amistad y al que ayudó al comienzo de su carrera. Además, Krajinovic le había ganado en el único precedente, aunque se remontaba a un partido de 2010 en Belgrado, cuando Nole se retiró.
El serbio aumentó el nivel en la segunda manga y la cerró 6-3 con más autoridad para salir de un momento complicado y meterse en los cuartos de final, en los que se medirá con el ganador del duelo entre el italiano Lorenzo Musetti, de 18 años y 249 del mundo, y el alemán Dominik Koepfer, número 97 del ránking.