El ex presidente de la Federación Brasileña de Fútbol (CBF), José María Marín, pagó US$1 millón en efectivo a las autoridades en EE.UU. para permanecer en arresto domiciliario en la Torre Trump de Nueva York. En el lujoso edificio, el directivo procesado por el escándalo FIFA, posee un departamento de 100 metros cuadrados.
Anoche, José María Marín, volvió a dormir en su cama del piso 41 de la Torre Trump, después de haber estado cinco meses en una prisión de Zúrich, Suiza. Horas antes de su aparición de ayer en Brooklyn, se declaró no culpable ante la justicia de Estados Unidos de las acusaciones que lo vinculan al escándalo de corrupción de la FIFA y aceptó pagar una fianza de 15 millones de dólares, según fuentes judiciales, como garantía de que no huirá del país.
La Torre Trump de Nueva York. Aquí cumple prisión domiciliaria José María Marín por escándalo FIFA. (Foto: Globoesporte.com)
El brasileño se presentó en una corte federal en Brooklyn, donde el Juez del Distrito Raymond Dearie lo volvió a citar a declarar el próximo 16 de diciembre. El ex titular de la CBF, que tiene una tobillera electrónica, retornó desde la Corte Federal de Brooklyn hasta la Torre Trump cubriendo una ruta de unos 10 km. Marín fue casi todo el tiempo en silencio, admirando el tráfico y el paisaje de Nueva York. Solo le dirigió la palabra a su esposa, Neusa, a quien volvió a ver después de 157 días, período en el que estuvo preso en Zúrich, Suiza.
Neusa, esposa de José María Marín. (Captura de imagen: Globoesporte.com)
El ex presidente de la CBF le preguntó sobre su hijo y otros familiares en Brasil. Demostró estar muy cansado. En el auto, contó que no durmió la noche anterior, cuando se enteró de que finalmente sería extraditado a los EE.UU., y tampoco durante el vuelo ( clase económica ) entre Zúrich y Nueva York.
José María Marín retornó en silencio hasta la Torre Trump. (Foto: Reuters)
Después de pasar la primera noche bajo arresto domiciliario en la Torre Trump en el centro de Nueva York, el ex presidente de la CBF, José María Marín, recibió la visita de sus abogados brasileños, Paulo Peixoto y Julio Barbosa, la madrugada del miércoles. Se recomendó al dirigente que en las próximas dos semanas no intente dejar el apartamento.
En virtud del acuerdo firmado con las autoridades de Estados Unidos, Marín incluso puede dejar el apartamento en algunas circunstancias específicas: por razones médicas, para visitar la iglesia y hacer compras en un supermercado específico, siempre que solicite autorización al FBI, la policía federal de Estados Unidos.
Aún así, la orientación es que Marín obedezca una "cuarentena" antes de pensar en salir de la Torre Trump. Dicho asesoramiento apuntaría a "respetar la corte","respetar al juez" y no crear ninguna sospecha sobre su comportamiento.
Marín también está prohibido de ponerse en contacto con cualquier persona nombrada en la investigación y también con las empresas de marketing deportivo que participan en la trama de corrupción que lo llevó a la cárcel.
En la práctica, a José María Marín no se le permite hablar con su antecesor en la presidencia de la CBF, Ricardo Teixeira, y tampoco puede hablar con su sucesor, Marco Polo Del Nero. Ambos son mencionados indirectamente en las investigaciones. Sus nombres no aparecen, pero funcionarios estadounidenses dicen que los líderes con las características del Nero y Teixeira también recibieron sobornos.
Marín, de 83 años y que permanecía en custodia en Suiza desde mayo, fue acusado de haberse quedado con millones de dólares procedentes de empresas deportivas relacionadas con la venta de los derechos de la Copa América de 2015, 2016, 2019 y 2023, y de la Copa de Brasil entre 2013 y 2022.
En un primer momento Marín se había opuesto a ser extraditado pero la fiscalía suiza anunció la semana pasada que había accedido a ello.
Dos policías estadounidenses en Zúrich lo acompañaron en un vuelo con destino a Nueva York, según anunciaron las autoridades suizas.
Marín fue detenido por la policía en Zúrich junto a otras seis autoridades de la FIFA el 27 de mayo por petición de la justicia estadounidense en un escándalo que removió los cimientos del mundo del fútbol así como de las organizaciones deportivas en Norte y Sudamérica.
Como Marín, el ex vicepresidente de la FIFA, Jeffrey Webb, también aceptó su extradición y se entregó el pasado 15 de julio.
Después de comparecer, fue puesto en libertad bajo fianza de 10 millones de dólares y desde entonces está en prisión domiciliaria con un brazalete electrónico.
Los otros cinco responsables de la FIFA siguen oponiéndose a su extradición pese al acuerdo con la justicia suiza. Ésta avaló la extradición a Estados Unidos de cuatro de las personas detenidas en mayo: Rafael Esquivel, el expresidente de la Federación Venezolana y miembro ejecutivo de la Conmebol; el uruguayo Eugenio Figueredo, exvicepresidente de la Conmebol y exvicepresidente de la FIFA; Eduardo Li, expresidente de la Federación Costarricense y el británico Costas Takkas, adjunto a la presidente de la Concacaf.
Los cuatro han indicado su intención de presentar un recurso contra las decisiones de la justicia suiza pero, en estos momentos, sólo Eugenio Figueredo y Rafael Esquivel lo han hecho.
Fuente: AFP / Globoesporte.com