Se pueden distinguir varios grupos de jugadores de fútbol. Los deportistas profesionales que anhelan tener el mundo entero a sus pies; los que visten la tricolor y se sienten felices y emocionados; los que juegan por distracción y lo hacen además por su salud, recordando que han sido buenos jugadores con o sin suerte; y también hay un grupo que cuenta con un alto espíritu de superación y son los jugadores infantojuveniles que diseñan su presente y su camino rumbo a la gloria.
En la etapa infantojuvenil los deportistas duermen con su vestimenta puesta, sueñan en la noche con el esférico y se desviven porque aparezca el aura. Son ejemplo de motivación en cada práctica, receptan las numerosas indicaciones de sus entrenadores y animan a que sus padres y abuelos los acompañen a los entrenamientos y a los partidos.
En las canchas se divierten, demuestran ser figuras y festejan las anotaciones; al vencer salen alegres, al empatar le preguntan a su profesor cómo van en la tabla de posiciones, y al perder casi ni se miran y continúan su tránsito con la grandeza de asistir nuevamente a una cancha, para seguir evidenciando sus perfiles técnicos y tácticos en esta disciplina deportiva bendecida por millones de hinchas en el mundo del balompié.
Con su camiseta puesta, los infantojuveniles la besan, la añoran, la defienden con bríos, garra y con máximo esplendor. El fútbol es su pasión, es una asignatura más y es su primer peldaño para lograr aspirar a ser una figura en su país.
En este enjambre de palabras descritas, los infantojuveniles construyen/edifican su orgullo modesto y ganador.
No más palabras... (O)
En este enjambre de palabras descritas, los infantojuveniles construyen/edifican su orgullo modesto y ganador".