24/12/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: The 2030 World Cup in Ecuador: Delirium, audacity, and comedy.

Domingo 22 de Septiembre del 2019

Ricardo Vasconcellos Rosado: The 2030 World Cup in Ecuador: Delirium, audacity, and comedy.

The Secretary of Sports, so enthusiastic about considering $4.000 million for the 2030 World Cup, doesn't even know who the now destroyed World Cup pools at Forestal belong to, something unheard of after so long in office. She was the only person who applauded Lenín Moreno's nonsense.

The Secretary of Sports, so enthusiastic about considering $4.000 million for the 2030 World Cup, doesn't even know who the now destroyed World Cup pools at Forestal belong to, something unheard of after so long in office. She was the only person who applauded Lenín Moreno's nonsense.

El presidente Lenín Moreno sorprendió a nuestro país, América y el planeta el 7 de septiembre anterior al plantear a los presidentes de Perú y Colombia el compromiso de solicitar la sede de la Copa del Mundo de Fútbol de la FIFA del 2030 para que los dos países y Ecuador asuman la organización de ese torneo.

La insólita petición la hizo en la ciudad colombiana de Leticia mientras se desarrollaba una reunión para buscar la mitigación del desastre causado por los incendios en la zona amazónica de Brasil. El mundo miraba esperanzado los resultados de esa cumbre en medio de una desesperación universal por la devastación ecológica de un área considerada un pulmón del planeta. Presidentes y cancilleres, con ceño adusto, elaboraban discursos en tono grave, cuando don Lenín irrumpió con uno de sus habituales dislates e invitó a sus dos vecinos a organizar un Mundial en el 2030. En otras palabras, intentó apagar el pavoroso fuego amazónico con un balde de agua.

Y no solo eso. Felipe Burbano de Lara, columnista de este Diario, dijo el martes pasado: “Nos ha dejado perplejos escuchar un fragmento de la intervención del presidente Lenín Moreno en la reciente cumbre de la Amazonía, en Leticia, Colombia. No solo que el presidente afirmó una serie de barbaridades sobre la selva, los animales de la selva y la Grecia antigua, ante el asombro de quienes lo escuchaban, sino que además cantó en catalán. Sabíamos que el canto es una debilidad del presidente, pero nunca imaginamos que llegaría tan lejos. Todos sentimos un cierto temblor en el cuerpo escuchando sus palabras. En un momento tan crucial para la Amazonía, a Moreno se le ocurrió cantar en catalán”.

No quiero ofender “la majestad presidencial”, término acuñado por el exmandatario Rafael Correa Delgado para perseguir a los medios de comunicación y a los periodistas, pero lo ocurrido en Leticia tiene mucho de tragicomedia.

Los más prestigiosos columnistas políticos del país han criticado acerbamente la insólita propuesta de Moreno. El lunes anterior, en nuestro Diario, Simón Pachano afirmó: “Lanzar la idea de organizar un campeonato mundial de fútbol con los países vecinos, sin consultar previamente con sus presidentes (allí presentes, sin poder disimular la sorpresa), es tan desatinado como demostrar la habilidad para bromear con una canción en catalán en una reunión sobre el futuro del ambiente planetario o como hablar de átomos voladores en el histórico paraninfo de la Universidad de Salamanca. Francamente penoso y preocupante”.

Burbano de Lara dice en otra parte de su columna: “El fragmento de su intervención en la cumbre vuelve sobre la vieja pregunta de quién es Lenín Moreno, su visión del país, su comprensión de los problemas en las sociedades contemporáneas, y sus capacidades y destrezas como conductor político. Tema sensible, y a la vez crucial, lamentablemente, en un régimen presidencial donde el liderazgo tiene un inevitable sesgo personalista”.

La solicitud de sede para un certamen internacional de gran relieve como un mundial de fútbol requiere intensos estudios, cálculos, consultas a los organismos deportivos involucrados y a los dirigentes experimentados. Esto lleva mucho tiempo, años en algunos casos. No es cuestión que dependa del cálculo político o propagandístico, o del arrebato de algún personaje. ¿Preguntó algo a alguien el presidente Moreno antes de plantear el tema? ¿Existe alguien en el entorno palaciego a quien pudiera consultar las implicaciones sociales, políticas, financieras, comunicacionales, tecnológicas, de transporte, hoteleras, de vialidad y tantos otros factores que hay que desmenuzar para plantear la concesión de la sede de un Mundial?

Es indudable que no cuenta con un asesor o asesores en esta materia. La Secretaría Nacional del Deporte debería cumplir esa función, pero en quien ocupa el cargo solo hay sumisión como corresponde al burócrata nombrado por compadrazgos o compromisos de parentesco sanguíneo o político. Para sostener esto basta una muestra. La única persona que salió a aplaudir el desatino presidencial fue la secretaria del Deporte.

Pocas horas después de que el presidente terminara su canción en catalán y callaran las guitarras, ella salió a declarar que la Conmebol ya había visto “con buenos ojos” la propuesta de don Lenín. Los presidentes de Colombia y Perú callaban, pero ella ya sabía que en Asunción estaban aplaudiendo a nuestro cantante. Nadie le contó a la secretaria del Deporte que el 16 de junio pasado la Conmebol resolvió apoyar la postulación de Uruguay (donde se jugó la primera Copa del Mundo en 1930), Argentina, Chile y Paraguay, por lo que el organismo Sudamericano difícilmente revisará su postura.

Pocas horas más tarde la locuaz funcionaria aseguró que ya había hecho el cálculo de lo que le iba a costar al país la cita universal: $ 4.000 millones. Además, alegó que ya estaba gestionando la partida en el Ministerio de Finanzas, una dependencia que ha reconocido que la economía del país se halla en estado crítico, algo que sabemos muy bien los afiliados al IESS, los jubilados, los usuarios del sistema estatal de salud, Solca, también la Junta de Beneficencia, empleados y trabajadores en general, industriales, comerciantes formales e informales; en fin, el país entero.

El Cuaderno de Cargos de FIFA es muy exigente y severo. En las filas gubernamentales debieron haber leído este documento primero antes de opinar. Para la funcionaria pública quienes piensen que Ecuador no puede ser sede de un Mundial en el 2030 gastando una millonada impresionante son “cortos de visión porque podemos hacer todo lo que queremos hacer”.

Hay ocasiones en que nuestra sección Cartas a EL UNIVERSO contiene misivas de tanto valor como los editoriales y las columnas. El 15 de este mes nuestro Diario publicó una carta del ciudadano Roberto Estrada Vallejo, uno de cuyos párrafos se refiere a lo insólito de la petición del primer mandatario en Leticia: “Es algo como si un padre de familia que atraviesa una severa crisis económica por haber perdido su empleo y está atrasado con las pensiones del colegio de sus hijos, debe la luz y el agua y subsiste en la informalidad para ajustadamente poder llevar dinero a su hogar; de repente sale con la fantástica noticia de que en las próximas vacaciones los llevará a conocer Disneylandia en Orlando”. Lo voy a proponer para secretario nacional del Deporte, pues tiene más capacidad y sentido común que la actual titular del cargo.

Ocurre que quien presume de tener larga visión es quien ha tenido a su cargo la conservación de la piscina del Centro Cívico, un bien del Estado que fue construido con ocasión del Mundial de Natación de 1982. En la actualidad ese escenario deportivo, edificado por el Banco Central del Ecuador, está en estado de total destrucción. Cuando la Secretaria Nacional del Deporte (antes ministra) fue consultada sobre su rehabilitación dijo que costaba más $ 2 millones y que no había dinero. EL UNIVERSO constató el 13 de septiembre pasado que las piscinas están “condenadas a muerte”. La funcionaria, tan entusiasta para pensar en $ 4.000 millones para un mundial de fútbol, ni siquiera sabe de quién son las piscinas del Forestal, algo insólito después de tanto tiempo en la dirección del deporte nacional.

Si la Contraloría General del Estado está funcionando, desde esta columna pedimos a esa dependencia que realice un examen especial para determinar las responsabilidades en la destrucción por negligencia de las piscinas e instalaciones mundialistas del Centro Cívico, que son un bien público. Esperamos que no haya protección oficial para salvar a quienes han causado tanto daño al deporte. (O)

 

Pedir la sede de un mundial no es cuestión que dependa del cálculo político o propagandístico, o del arrebato de algún personaje. ¿Preguntó algo a alguien Moreno antes de plantear el tema?"

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