23/12/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: El Gobierno busca seguir al mando de Fedeguayas

Domingo 01 de Septiembre del 2019

Ricardo Vasconcellos Rosado: El Gobierno busca seguir al mando de Fedeguayas

La candidatura del exsubsecretario Roberto Ibáñez, para presidir Fedeguayas, representa la continuidad del poder político en una federación que atraviesa por una crisis casi terminal.

La candidatura del exsubsecretario Roberto Ibáñez, para presidir Fedeguayas, representa la continuidad del poder político en una federación que atraviesa por una crisis casi terminal.

La intención del Gobierno de continuar apoderado de la Federación Deportiva del Guayas se reveló el pasado 20 de agosto, con la renuncia de Roberto Ibáñez, al cargo de subsecretario del Deporte, para candidatizarse a presidente de la Fedeguayas en las elecciones que deberán realizarse en septiembre (¿u octubre próximo?), una vez que finalice la intervención que tardíamente dictó la secretaria Andrea Sotomayor.

El régimen de Lenín Moreno no quiere perder la hegemonía que heredó de la Revolución Ciudadana, cuando los jerarcas de esa ingrata época decidieron politizar la actividad deportiva nacional y apoderarse de la dirección de todas las entidades de esta importante actividad. Ello ocurrió mediante una ley perversa que destruyó la autonomía del deporte –arrancándolo de las manos del voluntariado deportivo– promulgada el 11 de agosto del 2010 en un suplemento del Registro Oficial.

  • Roberto Ibáñez, tras dejar la Secretaría del Deporte, busca presidir Fedeguayas

Desde aquel día la Revolución Ciudadana tomó la conducción del deporte colocando en los órganos de dirección a sus afiliados, sin importar si alguna vez habían practicado alguna rama deportiva, o habían estado cerca de esta actividad o tenían alguna experiencia en administración deportiva. Los candidatos se presentaban simplemente con el certificado de afiliación, emitido por el Consejo Nacional Electoral (CNE), o por la recomendación de algún poderoso jerarca del partido de gobierno.

El 2 de febrero anterior dimos nuestra opinión acerca de este cuerpo legal en la columna titulada ‘Derogar la Ley del Deporte; nada de parches: “La actual Ley del Deporte fue formulada en las cuevas del burocratismo estatal con la asesoría de los ‘especialistas’ españoles y venezolanos que redactaron la Constitución de Montecristi en el 2008. Basta leer el texto constitucional y la Ley del Deporte del 2010 para advertir que fueron concebidas y escritas por los mismos que hicieron de ambos, históricos ejemplos de mazamorra seudojurídica inentendible. Verbigracia: “Art.. 4: Esta ley garantiza el efectivo ejercicio de los principios de eficacia, eficiencia, calidad, jerarquía, desconcentración, descentralización, coordinación, participación, transparencia, planificación y evaluación, así como universalidad, accesibilidad, la equidad regional, social, económica, cultural, de género, etaria, sin discriminación alguna”.

Al asumir el mando, en el 2007, la deformación ideológica de Rafael Correa Delgado lo hizo incurrir en aquello que en el derecho político se ha llamado “el poder del puño”, que no es otra cosa que el poder autoritario, concentrado en una sola mano, cerrada, y por eso mismo, no participativo y excluyente. Esta modalidad de ejercicio político pone bajo censura las opiniones divergentes, castiga las contestaciones, desconfía de los ciudadanos, gobierna infundiendo miedo. Las únicas relaciones que admite son la adhesión acrítica y el servilismo. Los regímenes dictatoriales corporifican ‘el poder del puño’.

Durante un año el régimen de la ‘década ganada’ permitió con cierto pudor que los dirigentes continuaran en sus funciones, hasta el día en que Carondelet decidió que era hora de la ‘solución final’. Nombró ministro del Deporte a José Francisco Cevallos con el encargo de degollar a todos los dirigentes para tomarse los organismos deportivos.

El entonces ministro se encargó de presionar al presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) hasta forzar su renuncia e intervino a 40 federaciones ecuatorianas por deporte.

Los interventores, reunidos en asamblea, nombraron la nueva directiva del COE, cuyo presidente fue –y lo es hasta hoy– Augusto Morán Nuques, quien –vaya coincidencia– era el subsecretario del ministro Cevallos. En la lista del directorio de Morán estaban la actual secretaria del Deporte, Andrea Sotomayor (sexta vocal y luego como secretaria general con licencia), y después se unió (como representante de los deportistas) el subsecretario renunciante Roberto Ibáñez, hoy aspirante a continuar la obra de ‘La Nueva Era’ que condujeron hasta la catástrofe Pierina Correa Delgado y Rosa Edith Rada.

Después de atropellar a las federaciones ecuatorianas por deporte, Cevallos continuó su tarea con las federaciones provinciales, aprovechando que la Ley del Deporte, fraguada en las cocinas de Carondelet, ponía la elección de las directivas en manos del Gobierno. El 2 de octubre de 2011 Diario EL UNIVERSO reprodujo las declaraciones de Pierina Correa, delegada del Ministerio de Salud a la asamblea que terminó eligiéndola presidenta de la Federación Deportiva del Guayas: “Él (su hermano Rafael Correa) generalmente escucha y no se pronuncia inmediatamente. Delegó al ministro del Deporte (José Francisco Cevallos) y al gobernador (del Guayas, Roberto Cuero) para que trabajaran en eso (en su candidatura a la presidencia de Fedeguayas; venció 5-2 al extitular Roberto Gilbert Febres-Cordero)”.

La futura elección del directorio de Fedeguayas amenaza desatar una tempestad. La nominación del delegado por los deportistas provocó una asonada, pues pretendió llevarse a cabo pese a que un juez ordenó su suspensión. Los alrededores al acceso de la sede de Fedeguayas estaban rodeados de barreras metálicas y con custodia de al menos 20 guardias de seguridad. Suponemos, dada la agria circunstancia de la parcialidad gubernamental, que lo mismo ocurrirá cuando se trate de nominar a los dos delegados de la asamblea provincial y al delegado de la fuerza técnica.

La reacción se explica por la presencia de Roberto Ibáñez como candidato, pues él representa la continuidad del poder político en una federación como la de Guayas que atraviesa por una crisis casi terminal. Fue colocado en el COE por su cercanía al ministro Cevallos, como todos los dirigentes que reemplazaron al directorio que presidía Danilo Carrera Drouet. Fue tanto el desparpajo gubernamental que lograron que el delegado del Comité Olímpico Internacional, Alejandro Blanco, aprobara el despojo luego de una reunión en el Palacio de Gobierno con el presidente Correa y el ministro Cevallos. Blanco se presentó en el país como ‘doctor’, pero al regresar a España fue acusado de plagio de su tesis doctoral (https://www.plagios.org/alejandro-blanco-acusado-de-plagio-en-tesis-doct...).

Ibáñez es uno de los pocos seres en el mundo que tiene el don de la ubicuidad. Entre el 2015 y 2019 era funcionario del Comité Olímpico, presidente de la Federación Ecuatoriana de Judo y subsecretario del Deporte. Renunció a esta última función hace 16 días para atender “nuevas responsabilidades familiares” que se solucionaron pocas horas después, cuando ciertas ligas cantonales lo proclamaron candidato a presidir Fedeguayas con el patrocinio de la Secretaría del Deporte y los interventores de la entidad provincial –nombrados por Sotomayor–, uno de los cuales acudió al acto de proclamación y, según testigos, era el que más aplaudía a la hora de los discursos.

Mientras no se derogue la ley estatizante que permitió la captura política del deporte, o, al menos, se reforme el artículo 36 de la ley que regula el nombramiento del directorio de las federaciones provinciales, la elección en la Federación Deportiva del Guayas no debe realizarse, pues se corre el riesgo de graves incidentes como el que ocurrió hace pocas horas.

Hay que romper con el pasado e impedir que el Gobierno meta las manos en Fedeguayas con la candidatura de Ibáñez, quien representa ese pasado intervencionista y politizado. Tampoco, nadie que haya tenido responsabilidad en la administración perniciosa que llevó a terapia intensiva al deporte de Guayas, que haya permitido el abuso de Pierina Correa y Rosa Edith Rada, que sea coautor de la muerte presunta de casi todas las ramas deportivas, puede aspirar a postulación alguna.

Hay que romper con el pasado e impedir que el Gobierno meta las manos en Fedeguayas con la candidatura de Roberto Ibáñez, quien representa el pasado intervencionista y politizado.

Y quiero repetir la interrogante propuesta por el exdirigente César Pólit en su inteligente artículo del viernes último en nuestro Diario: ¿Cuándo los interventores emitirán un criterio respecto de la responsabilidad económica de quienes manejaron los dineros de ‘la Nueva Era’? Concuerdo con Pólit: no puede permitirse ningún atisbo de impunidad hacia quienes destrozaron el deporte de Guayas y sus escenarios. (O)

 

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