Los primeros yoguis encontraron en la observación de la naturaleza y sus seres, los movimientos exactos y la conciencia necesaria para llevar calma y equilibrio al cuerpo y a la mente, por lo que muchas de las posturas de esta disciplina ancestral se inspiran y llevan el nombre de animales.
Tal es el caso de Marjaryasana o la postura del Gato. Considerada una posición básica que pueden realizar desde practicantes novatos hasta avanzados, son muchos los beneficios que esconde esta asana normalmente utilizada para relajar los músculos durante la práctica y después de posturas muy demandantes.
De entrada, con la postura del Gato se calienta la columna vertebral dándole elasticidad y previniendo dolores de espalda, ya que masajea las inserciones de los nervios en la columna y facilita la irrigación en los discos intervertebrales.
Hay que recordar que el foco fundamental de las asanas de yoga y de esta postura en específico a nivel físico, es dar flexibilidad a la columna vertebral, siendo que es a través de ella donde corre la energía cósmica kundalini, que al ascender a los chakras o centros energéticos superiores produce la liberación de la mente y la conciencia.
BENEFICIOS DE LA POSTURA DEL GATO
Marjaryasana descomprime la tensión de las vértebras y con ellos la tensión del cuerpo entero. Cuando la columna está arqueada, se abren las 33 vértebras que integran la columna vertebral humana liberando los nervios que pasan a través de ella. Los músculos profundos, que van de una vértebra a otra como los transverso espinosos o semiespinosos, o los que van a lo largo de toda la columna como es el multífidos, son fortalecidos, ya que se estiran y contraen durante todo el movimiento.
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De igual manera, los músculos superficiales como los romboides, el trapecio o el dorsal ancho, que son los que suelen contraerse en la vida cotidiana, también se estiran.
Al acompañar el movimiento con la inhalación, los músculos que intervienen en la respiración se expanden, la caja torácica se abre y los pulmones reciben más oxígeno. Al exhalar, la zona abdominal se hunde, es como si se recogiera el abdomen, lo que quita presión en la zona del suelo pélvico por lo que alivia molestias menstruales. También aumenta el funcionamiento del útero, por lo que puede ayudar en caso de problemas reproductivos.
Pero además, esta asana felina libera la tensión emocional y favorece la concentración mental, a través del acompasamiento de la respiración y el movimiento. De hecho se recomienda su práctica antes de la meditación, ya que al estimular el sistema nervioso se facilitan las posturas sentadas, manteniendo la mente alerta pero relajada y la columna bien alineada durante largo tiempo.
La postura del Gato suele acompañarse con su contrapostura: Bitilasana o la posición de la Vaca, donde el abdomen se hunde hacia la tierra apuntando el hueso del coxis hacia arriba.
Como decía el maestro BKS Iyengar: "la postura debe brindar simultáneamente extensión, expansión, relajación y contento. Extensión en la acción está en los órganos físicos y fisiológicos; expansión a la mente; la relajación está en el cerebro y los nervios, y el contento está en el ser".