Harold Mayne-Nicholls
El chileno Harold Mayne-Nicholls, presidente la comisión que visitó las candidaturas a los Mundiales 2018 y 2022, concedidos a Rusia y Qatar en 2010, reiteró que lideró “un trabajo honesto, serio, profesional y con conclusiones”, tras la audiencia de su caso en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Mayne-Nicholls, que presidió la ANFP y aquella comisión de la FIFA, fue sancionado por ésta durante siete años a principios de julio de 2015, por infringir varios artículos del Código Ético, relativos a las reglas generales de conducta, conflicto de intereses, lealtad y aceptación y ofrecimiento de obsequios y otros beneficios.
La FIFA justificó el castigo por los contactos que éste mantuvo con la academia Aspire de Doha sobre la opción de que su hijo y su sobrino se formaran en ella durante una temporada, junto a su cuñado, tenista, hechos que “nunca se concretaron”, como acreditó un documento del centro que presentó en una audiencia ante la el organismo en el que éste estudió su caso.
“Lo primero que dije en el alegato ante el TAS, fue lo que he dicho desde un comienzo: tremendo error de mi parte enviar ese mail. Después expliqué la forma de proceder del comité y cómo era imposible que la opinión de una persona primara sobre la del grupo”, señaló.
Según escribió en redes sociales el propio Mayne-Nicholls, él era el “responsable de las visitas de inspección y lideraba un equipo”. “No era un trabajo de una única persona. Y si hubiese querido influir en cualquier sentido en alguna de las nueve candidaturas, el resto se habría resistido. Lideré un trabajo honesto, serio, profesional y con conclusiones claras”, añadió.
Sobre las horas que pasó en el TAS, el chileno tuvo que responder también a una serie de preguntas, algunas “puntillosas”. “Me vi obligado a responder que entre el 24 de julio de 2010 y el 16 de septiembre visitamos 11 países y revisamos nueve candidaturas, aparte de mi trabajo en la Federación Chilena, imposible que me acuerde de ese hecho tan puntual”, precisó
Mayne-Nicholls consideró que no puede ni debe informar más sobre su declaración en el TAS, cuyo fallo espera para finales de septiembre con el mismo optimismo que ha tenido con todo lo que ha “emprendido, liderado y realizado”.
“Insistiré hasta el final que cometí una falta (menor en todo caso), que fue sancionada de manera excesiva. Ya he cumplido casi dos años de castigo (que de los siete originales fijados por el Comité de Etica de FIFA fueron reducidos a tres por el Comité de Apelación) y seguiré esperando pacientemente que esta pesadilla llegue a su fin”, concluyó.