El 27 de setiembre de 1988 la selección peruana de voley dirigida por Man Bok Park se metía en la historia del deporte nacional. Después de cinco sets, el equipo peruano se impuso al dueño de casa (Japón) y accedió a la final de los Juegos Olmpicos Seúl 1988.
El partido fue muy intenso y se extendió hasta cinco sets. Las japonesas ganaron los dos primeros sets (15-9 y 15-6). La remontada estuvo llena de garra y amor propio (15-6, 15-10 y 15-13) y supuso un final de película que pudo ser para cualquiera.
Finamente la selección peruana accedió a jugar la final donde el rival fue la Unión Soviética, equipo que terminó quedándose con la medalla de oro.
Los Juegos Olímpicos de Seúl 88 sólo lo disputaron ocho países. La selección peruana se ganó el derecho de participar como único representante sudamericano, al derrotar a domicilio a Brasil por 3-0 en el torneo preolímpico.