Cuando la perspectiva histórica lo alcance, Nico Rosberg será considerado el campeón más silvestre de la Fórmula 1 . No habrá nada de heroico, de fabuloso ni de sobrenatural en su relato. Consciente como nadie del inhumano esfuerzo que le costó batir a Lewis Hamilton , el amigo de la adolescencia transformado en su némesis, y sin estar dispuesto a repetirlo como indica el protocolo de los consagrados, convirtió su sorpresivo retiro en una noticia más grande que la de su entronización como monarca de la F-1, concretada solo cinco días antes.
Rosberg no era un hombre feliz después de haber ganado el título en Abu Dhabi: parecía un alma desesperada que acababa de atravesar su más exigente prueba. Esa fue la cota más alta de su sacrificio: todo lo que debió cambiar en 2016 para poder superar a Hamilton, quien ya lo había derrotado en 2014 y 2015 --su dieta, sus hábitos de sueño, su rutina marital, su técnica de estudio de la telemetría del auto, su enfoque carrera a carrera-- casi no le resulta suficiente. El GP de Abu Dhabi no fue el final de su campaña: fue el colmo.
Liberado finalmente de su obsesión por el título, después de celebrarlo hasta las 9 de la mañana del lunes, tomó la determinación, que anunció ayer con efecto teatral, en el momento en que le entregaban el trofeo, en la ceremonia de los campeones mundiales de la FIA, en Viena. Se va más espantado que satisfecho.
"Desde el momento en que gané en Suzuka [Japón, el 9 de octubre], desde el momento en que el destino del título estuvo en mis manos, comenzó la gran presión y comencé a pensar en acabar mi carrera si me volvía campeón del mundo. Antes de largar en Abu Dhabi sabía que podía ser mi última carrera y eso despejó mi cabeza. tuve las más intensas 55 vueltas de mi vida" explicó.
Rosberg compitió muchos años contra Hamilton, desde el karting a la F-1 pasando por la Fórmula 3 y la GP2, y siempre sintió que el inglés era superior. En los cuatro años que compartieron el equipo Mercedes, de 2013 a 2016, Hamilton lo superó 32-22 en triunfos, 54-48 en podios y, en promedio, fue una décima de segundo más veloz en clasificación.
"Es la primera vez que ha ganado algo en 18 años, así que para mí su decisión no es sorpresa" lo despidió el británico.
Un piloto mediocre jamás llega a campeón del mundo. Sin embargo, Rosberg nunca estuvo en la liga de Hamilton o de Fernando Alonso, los dos grandes de este tiempo. Nunca nadie necesitó tantos Grandes Premios (206) para ser campeón mundial: lo ganó con 23 triunfos en el cinturón; sesenta años atrás, Juan Manuel Fangio conquistaba su quinto lauro con la victoria número 24.
En 67 años del Mundial de F-1, solo un piloto antes que Rosberg decidió retirarse apenas consagrado. Tras derrotar en 1958 a Stirling Moss, Mike Hawthorn abandonó las pistas. Sin embargo, no disfrutó mucho de su éxito: 45 días después de anunciar su retiro, falleció en un accidente de tránsito.