Al menos por tres juegos nos vamos a olvidar del bateador designado y se va a jugar a la antigüita: con los pitchers bateando. Por eso nos esperan tres choques distintos a los que hemos visto en el Clásico de Otoño.
La concepción del line up de los Indios y Cachorros cambiará para el Juego 3 porque se elimina el bateador designado. Cleveland tuvo a Carlos Santana ocupando ese sitio mientras que Chicago abrió la puerta al milagroso regreso de Kyle Schwarber, pero ahora así van a quedar las cosas: Josh Tomlin y Kyle Hendricks van a batear.
Los dos pitchers abridores van a tener peso en lo que se haga en las estrategias ofensivas esta noche y el posible aporte que van a dar es muy distinto.
Aunque no lo parezca, Tomlin es un buen bat. El derecho tiene siete temporadas en Grandes Ligas, todas con los Indios, y solo acumula 12 turnos al bat, pero ha pegado seis hits. O sea, batea para. 500. Tiene dos carreras anotadas y cinco ponches. La buena noticia para los Indios es que este año bateó cinco veces (dos hits, una anotada). Su último turno fue el 10 de agosto frente a Washington.
Por su parte, Hendricks tiene tres años en MLB, todos con los Cachorros, y su experiencia es ampliamente mayor. El derecho acumula 162 presentaciones en el plato, tiene 14 hits, cuatro anotadas, cuatro producidas, cinco bases por bolas y 64 ponches. Batea para .099.
Al tener a los dos pitchers bateando, el aporte de Santana y Schwarber cambiará. Por cierto, Santana es el único pelotero en esta Serie Mundial que ha pasado a la caja de bateo y no ha dado de hit. Tiene seis turnos, con dos pasaportes y cuatro ponches, mientras que Schwarber consiguió tres imparables, anotó una vez, produjo dos, admitió dos bases por bolas y fue ponchado en cuatro ocasiones.