Fue una noche donde se quitaron los nervios de llegar a un Clásico de Otoño, se soltaron a la ofensiva y los hits y las carreras llegaron. Y mientras su line up dio el paso que les faltó en el choque número 1, Jake Arrieta les dio un juegazo desde el centro del diamante con el que Cleveland no tuvo chance de responder. Así, los Cachorros vencieron 5-1 a los Indios y la Serie Mundial regresará a Chicago con una victoria para cada equipo.
Arrieta todavía no subía al montículo y ya ganaba. Eso era lo que necesitaban los Cachorros, tener confianza plena para que las cosas se dieran como en la Serie de Campeonato, necesitaban dar ese paso que el martes no pudieron dar. Y una vez que tomaron vuelo, ya no los detuvieron. Kris Bryant y Anthony Rizzo se habían ido de 7-0 en el Juego 1 pero tuvieron turnos de calidad. Solo necesitaban ejecutar y eso fue lo que hicieron desde el inicio. Bryant empezó el juego (ya con un out) con sencillo y Rizzo lo mandó al plato con doblete productor. Dos de los cañones que estuvieron ansiosos de explotar, explotaron.
Los Indios tuvieron la oportunidad de responder de la misma manera y evitar que Arrieta se creciera en la loma, pero tras los dos pasaportes que les regalaron, José Ramírez elevó al central y dejó a dos compañeros en los senderos. A partir de ahí el trabajo fue: seguir bateando y dejar que Jake secara al rival.
Chicago anotó el 2-0 en la tercera con el milagroso Kyle Schwarber, quien produjo su primera carrera de la temporada (sí, de toda la temporada 2016), con un sencillo y luego con un ataque de tres en la quinta la ventaja creció 5-0.
Después de la amenaza de los Indios en la primera tanda, Arrieta retiró a nueve bateadores al hilo, y llegó hasta la sexta tanda tirando un sin hit ni carrera. La magia se rompió en ese rollo, cuando le pegaron doblete (Jason Kipnis) y después le anotó con un wild pitch.
El relevo de los Cachorros no dejó que la callada afición y que los callados bats de los Indios despertaran, y así nunca dejaron que el momento del juego se les fuera. Chicago llegó a tomar el control del juego y nunca lo soltó, totalmente contrario a lo que pasó en el Juego 1, donde nunca pudieron tomar el ritmo.
Aroldis Chapman entró en la octava entrada solo para sellar lo que fueron construyendo poco a poco desde el primer pitcheo, y con rectas de 102 y 103 millas, hubo lluvia de batazos. Curiosamente, el juego terminó con una lluvia que pasó de leve a moderada, pero en nada afectó al desarrollo del juego.
Ben Zobrist sigue con su gran serie y pegó dos imparables, anotando y produciendo una carrera, mientras Schwarber produjo dos. Ganó Jake Arrieta y perdió Trevor Bauer.
Cachorros ganó 5-1 y la Serie Mundial tendrá día de descanso el jueves, ya que ambos equipos viajarán a Chicago para el viernes reanudar el Clásico de Otoño, que con el triunfo de los Cubs, tiene asegurado al menos tres juegos más: viernes, sábado y domingo, todos en el Wrigley Field.