Los Juegos Olímpicos son un claro ejemplo de que no solo los que reciben medalla son los campeones. Hazañas como la etiope Etenesh Diro en Río 2016 pasan a la historia, a pesar de que no tenga un lugar en el podio.
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La atleta era una de las favoritas a clasificar a la final de los 3 mil metros con osbtáculos en Río 2016. Sin embargo, a mitad de carrera se tropezó y cayó al suelo con otras dos competidoras. Ellas pudieron seguir, pero Diro se quedó relegada.
Trató de arreglar su zapatilla pero perdió mucho tiempo, tanto que decidió sacársela y terminar la competencia corriendo con solo una. Fue ovacionada por el público al ver su determinación, pero lamentablemente no pudo pasar a la siguiente ronda.
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Una vez que llegó a la meta rompió en llanto. Sus compañeras la consolaron pero no pudo evitar sentir que una gran oportunidad se le fue de las manos. Fue asistida por los paramédicos, pero nada calmó su desesperación.