A todos nos ha pasado que, con el uso, nuestras ollas y sartenes que relucían, de pronto comienzan a presentar un extraño color oscuro que pareciera adherirse al metal de esta, siendo imposible eliminarlas. ¿O no es así? Pues hay una solución y HOY con Líbero te enseñaremos este útil truco para el hogar.
Y es que en el mercado de la limpieza son muchos los productos con grandes comerciales detrás que prometen quitar hasta la suciedad más extrema, pero cuando es el momento de actuar son poco o nada efectivos.
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De hecho, la solución está a la mano, más cerca de lo que imaginas, en tu propia despensa: se trata del bicarbonato de sodio, el agua y la vinagre, todos estos insumos, si no los tienes en tu casa, los puedes comprar, simplemente, en la ‘tiendita’ de la esquina.
Algunas indicaciones antes de continuar: si tienes ollas con recubrimiento antiadherentes, lo mejor es no usar esponjas metálicas, reemplazarla por una suave que no estropeará el material de la misma.
¿Cómo limpiar tus ollas quemadas?
A continuación, te dejamos el paso a paso para que tus ollas quemadas queden tal cual como el día en que las compraste.
- Vierte agua en la olla quemada hasta cubrirlo todo.
- Echa vinagre blanco en el agua.
- Enciende la candela de la cocina y espera que comience a hervir.
- Retira la olla una vez se de la ebullición.
- Acto seguido, añade el bicarbonato de sodio y este provocará una reacción química: saldrán burbujas, tranquilo, es parte del proceso.
- Las burbujas emergerán producto de la mezcla del agua, vinagre y bicarbonato de sodio.
- Procede a lavar el recipiente con una esponja.
- ¡Listo! tus ollas quedarán como nuevas. Aplica el mismo sistema para tus sartenes.