Occidente y la formación de los estados modernos de esta parte del mundo ha estado marcado, entre otras cosas, por la Iglesia Católica, siendo un componente importante en la idiosincrasia de los habitantes de estos pueblos; pero, qué pensarías si te digo que existe un país en el corazón mismo de Europa donde la gente, simplemente, no va a misa ya que la mayoría de su población es atea. Parece algo poco creíble, pero es cierto.
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El país donde la gente no va a la Iglesia
Nos referimos a Chequia (antes conocida como República Checa) donde se estima que casi el 80 por ciento de su población (de 10.67 millones de habitantes) se considera atea o, de plano, no creyente en ningún tipo de religión.
Y es que desde 1949 hasta 1989, Chequia formaba parte de la extinta Checoslovaquia, la cual era gobernada por un régimen comunista el que, en un inicio, persiguió a la religión cristiana, pues dicha ideología política consideraba a estas creencias como ‘opio para el pueblo’.
Por ello, cuando Checoslovaquia rompió con el comunismo, se pensó que lo religioso volvería con fuerza, pero nada de esto ocurrió, ni siquiera cuando República Checa se formó como país soberano el 1 de enero de 1993.
En la actualidad, y según datos oficiales, solo el 24.25 por ciento se consideran religiosos, donde los cristianos son el 21.38 por ciento. Mientras que el número de no creyentes va cada vez más en alza, alcanzando el 75.75 por ciento.
De hecho, una tiktoker, Dana Lucía (danalucia.s), nos cuenta que las iglesias están siempre vacías, que los checos tienden mas a los espectáculos culturales, donde estos recintos, que antes eran empleados para el culto, ahora albergan conciertos de ballet, música clásica, ópera o teatros. Inclusive, se organizan mercados y restaurantes dentro de sus instalaciones.
¿Por qué los checos no van a las iglesias?
Como era de esperarse, este número encuentra su base entre las personas más jóvenes de Chequia y esto se explica por varios motivos, ya sean culturales, socioeconómicos y hasta históricos.
Cuando el comunismo cayó en el país centroeuropeo, la Iglesia Católica local era asociada a la corrupción y escándalos de abuso; a esto debemos sumarle que las personas en edad de trabajar buscaron nuevos empleos en otros países de la Unión Europea; por no decir que, como ya es un patrón en los estados del Viejo Continente, su población está envejeciendo, en tanto los jóvenes son más desarraigados de su cultura.
En lo que respecta a la influencia de lo religioso en la sociedad, en especial del cristianismo, está disminuyendo en casi todas naciones europeas, sufriendo procesos de secularización e individualismo que, de momento, parecen irreversibles.