Tenemos todo lo que necesita saber sobre el inusual contrato de Ohtani, incluida la reacción de otros agentes y ejecutivos de la MLB.
Cuando los primeros detalles del acuerdo de Shohei Ohtani comenzaron a conocerse durante el fin de semana, la respuesta inicial en algunas oficinas centrales rivales fue de furia. Aunque aún no se conocían las cifras exactas, estaba claro que gran parte de los $700 millones que Los Angeles Dodgers acordaron pagarle a Ohtani serían aplazados. Los ejecutivos de todo el béisbol plantearon la hipótesis de que los Dodgers podrían haber eludido las reglas de nómina con la estructura inusual del contrato.
Unos días más tarde, se reveló todo el alcance: el salario de Ohtani es en realidad de sólo $2 millones por temporada. El 97% de su salario ($680 millones del contrato) se aplazará hasta bien entrado este siglo. Pero a medida que los ejecutivos tuvieron tiempo de procesar el acuerdo con Ohtani, comparando el contrato con las reglas del convenio colectivo (CBT), se ha asentado una verdad más amplia: los Dodgers no hicieron nada malo.
Sin duda, es un acuerdo monstruoso, y es un acuerdo que algunos propietarios de pequeños mercados inevitablemente señalarán cuando busquen cambios en el próximo convenio colectivo. Incluso considerando los aplazamientos, Ohtani aparentemente le costará a los Dodgers más en 2024 que toda la plantilla de Oakland. Pero es un trato extraño. Y lo más importante, dentro del lenguaje del convenio colectivo actual, el acuerdo entre Ohtani y los Dodgers parece ser perfectamente legal: "No habrá limitaciones ni en el monto de la compensación diferida ni en el porcentaje de la compensación total atribuible a la compensación diferida..."