La cata o degustación de vinos consta de un proceso mucho más complejo y minucioso de lo que muchos creen. Este no solo involucra el gusto, sino también la vista y el olfato. Y aquí te aclaramos por qué una acción que se realiza en la parte olfativa y que tiene a varias personas con la curiosidad.
PUEDES VER: Elimina las manchas de tu ropa este sencillo TRUCO que no conocías
Despierta cierta extrañeza el ver que siempre la copa de vino es agitada ligeramente por el catador antes de olerlo. ¿En una o dos ocasiones? Eso no causaría mucha curiosidad. Pero se trata de una práctica regular entre los degustadores, por lo que concluimos que forma parte del proceso y no es solo una acción más.
¿El vino tiene solo un aroma?
Primero, debemos tener claro que en el vino hay tres tipos de aromas. Comenzamos con los primarios, que al ser más volátiles no necesitan de la ligera agitación de la copa. Estos provienen de la variedad de la bebida.
Los aromas secundarios son los que resultan de la fermentación. Ahí, los azúcares se transforman en alcohol, cetonas, ácidos y aldehídos. Finalmente, los terciarios se generan durante la etapa de envejecimiento. Y son estos dos los que requieren la agitación para poder detectar mejor su olor.
¿Por qué se agita la copa de vino?
Una vez que tenemos claro que la agitación de la copa de vino sirve para percibir mejor los aromas secundarios y terciarios que se desprenden, veremos la razón por la que esto ocurre. Resulta que al agitar, haremos que las moléculas se rompan sobre los poros de cristal, permitiendo que más aromas se desprendan.
Con esa acción, se logra que más compuestos volátiles salgan y entren en contacto con el bulbo olfativo. De esta forma el catador podrá apreciar con mayor intensidad y complejidad los aromas de los vinos. ¿Y tú sabías esto?