Llevar a tu perro a los paseos familiares en la playa puede ser una hermosa experiencia. Pero recuerda que no siempre estará dispuesto a darse un baño contigo en el mar, salvo que sigas estos consejos que te hemos traído para que pierda el miedo.
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Si ves que tu perro intenta huir del agua, incluso llegando a ladrar o intentando morder, pues sabrás que el mar no es lo suyo. Debes recordar que el miedo no se irá de forma inmediata, pero con paciencia lograrás que ese temor vaya desapareciendo. A continuación sabrás cómo hacerlo.
Intenta que tu mascota se familiarice
Trata de familiarizar a tu perro con el agua y la sensación de estar mojado. Puedes comenzar por mojarlo un poco con tu mano o usando un paño. Este proceso puedes acompañarlo con caricias que lo calmen y, por su puesto, un premio final.
Que se acostumbre desde cachorro
Este truco es para quienes aún tienen un cachorro. Si desean que su perro los acompañe siempre a las visitas a la playa, lo mejor será que desde temprana edad lo acostumbren al ambiente y al agua. Con las prácticas correctas, lograrás que asocie el agua con algo positivo.
Déjalo familiarizarse con el ambiente de la playa
Algo indispensable para aprovechar las vacaciones con tu amigo peludo, déjalo familiarizarse con el ambiente de la playa. Que se le haga algo común sentir los olores, ruidos y texturas de la zona.
Una vez que el can tenga bien inspeccionada la zona de la playa, se sentirá más seguro y, de esa forma, habrá más probabilidad de que disfrute su baño.
Dale el ejemplo
Enséñale que no hay nada por temer. Ingresa lentamente a la orilla y muéstrale que se trata de un lugar seguro. Para que acceda a acompañarte, no agites el agua de forma exagerada ni juegues, pues se podría asustar.
La idea es que entre poco a poco contigo y puedan sumergirse juntos. Ayudará mucho si te sumerges tú primero y, al salir, tienes para él un premio, con el que ya habrías entrado desde antes.
No fuerces a tu perro
Para terminar, lo peor que puedes hacer es forzar a tu can a entrar al agua; solo generarás que se estrese más. Su acercamiento al mar debe ser progresivo y, así, llegará el momento en el que por sí solo lo disfrutará a tu lado.