Rafael Nadal multiplica en los últimos años las lesiones, las que le han cobrado una gran repercusión en su carrera. Esta vez es la muñeca, que lo ha obligado a renunciar a la conquista de su décimo Roland Garros.
El rosario de problemas físicos que arrastra Rafael Nadal parece dar la razón al excampeón estadounidense Andre Agassi. En el 2007 aseguraba que el español estaba firmando cheques en blanco con su salud puesto que por entonces ya arrastraba varios problemas físicos en su pie izquierdo.
A punto de cumplir 30 años (lo hará en una semana), Rafael Nadal practica un juego muy apoyado en el físico, fuerza su naturaleza y, como postre, sufre lesiones. Sin duda, el desgaste de tantos años como tenista profesional le están pasando factura.
Su rodilla se ha revelado como su punto más débil, debilitada por numerosas tendinitis a partir de 2007. Sin embargo, esta se ha agudizado en los años siguientes y le afectó en el 2009 cuando sufrió en París su primera derrota en el Grand Slam de tierra batida contra el sueco Robin Soderling.
Al año siguiente, la rodilla le obligó a apartarse en los cuartos de final del Abierto de Australia contra el británico Andy Murray. Ocurrió lo mismo en julio del 2012 y en febrero del año siguiente.
Ese año, Rafael Nadal comenzó un periodo de cura intensiva de la rodilla que lo obligó a mantenerse ausente ocho meses de las pistas, periodo que llevó a la exministra francesa de Deportes, Roselyne Bachelot, a sugerir que buscaba ocultar un positivo, pero que no enterró al campeón.
Rafael Nadal retornó con fuerza, tanto que tuvo tiempo de alzarse con otros dos Grand Slam y con cuatro Masters 1.000. Fue tal su campaña que recuperó a finales de año el número 1 del mundo.
Pero en enero de 2014 de nuevo reaparecieron los problemas físicos, esta vez en la espalda. El dolor era evidente en la cara de Rafael Nadal en la final del Abierto de Australia contra el suizo Stanislas Wawrinka.
Unos meses más tarde, un problema en la muñeca esta vez la derecha le obligaron a perderse el Abierto de Estados Unidos.
Una nueva travesía del desierto para Rafael Nadal que, sin embargo, no se vino abajo y trabajó duro durante todo 2015 para retornar al más alto nivel.
En 2015 no tuvo lesiones, pero su confianza había perdido enteros tras tanta inactividad. En la batalla por recuperarla, tuvo un nuevo problema en la muñeca que lo aparta de su torneo más querido, justamente cuando apuntaba a la posibilidad de demostrar que, de nuevo, su voluntad de victoria eran superiores a las limitaciones de su físico.
Rafael Nadal abandonó el Roland Garros con un emotivo mensaje: