Como ya lo reportamos, Hulk Hogan ganó el juicio a Gawker Media, ordenando la juez que el luchador sea resarcido con 115 millones de dólares, a los que se sumaron 25 millones más por daños punitivos.
Sin embargo, Gawker prepara ya la apelación, en la que espera evitar el pago de esas cantidades y darle un revés al caso. Para ello, considera vitales los documentos que hasta la semana pasada se mantenían sellados y que la corte de apelaciones ordenó abrir.
El fundador de Gawker, Nick Denton, asegura que Hogan teme más a las nuevas grabaciones que saldrán a la luz que a los fragmentos que ellos dieron a conocer en 2012:
“Hogan no nos demandó, como dice, para recuperarse por los daños por el estrés emocional que supuestamente experimentó tras nuestra revelación de un encuentro sexual con la esposa de su mejor amigo. El caso nunca ha sido sobre la cinta que Gawker recibió, sino sobre la verborrea racista en otra cinta inédita que amenaza la carrera y reputación de Hogan.
“Como nuestros abogados argumentaron en encuentros que la juez mantuvo fuera del escrutinio público –y hasta de mí—, hasta que una corte de apelaciones le quitó los sellos el viernes, Hogan demandó porque estaba aterrorizado de que una de las otras cintas, la cual tiene sus comentarios sobre su hija saliendo con ‘jodidos negros‘ pueda salir a la luz. Como después supe, Hogan mismo le envió un mensaje de texto a su mejor amigo, el bufón radiofónico Bubba Clem, días después de que publicáramos nuestro artículo: ‘Sabemos que hay más de una cinta, una donde se dijeron muchas cosas racistas. Tengo un PPV y no quiero más sorpresas…’ Aunque guardaba mis sospechas, ahora es claro que el litigio de Hogan fue un intento calculado para evitar que Gawker o cualquier otro, pudiera obtener evidencia de su racismo, publicando una verdad más interesante para el público y más dañina para él que una revelación sobre su vida sexual.
“Más aún, la base de su argumento de que tenía una expectativa razonable de privacidad durante sus encuentros sexuales con Heather Cole, entonces esposa de Bubba, es que no sabía que estaba siendo filmado. De los documentos liberados por la corte de apelaciones, ahora es claro que esto se contradice debido a lo dicho por Bubba a agentes del FBI, asegurando que Hogan sabía que tenía una camara en su habitación y que estaba filmando. No nos dejaron presentar al jurado esa evidencia crucial ni preguntarle a Bubba qué tanto sabía su amigo sobre las prácticas sexuales de la pareja.
“Hogan culpó inicialmente a su amigo por la publicación de la cinta, pero después cerró el juicio contra Bubba por la suma de 5000 dólares y por la promesa de jugar el rol que Hogan necesitaba en el caso contra Gawker. Así, Bubba evitó contestar nuestras preguntas usando sus derechos de la Quinta Enmienda para evitar autoincriminarse. La corte le permitió ceñirse a su parte del trato con Hogan y no dejó que lo pusiéramos en la mesa de testigos.
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“Sabíamos desde el principio que el juicio era una farsa. Para empezar, la verdadera y vergonzosa razón por la que Hogan demandó a Gawker, estuvo oculta al jurado, al público y a mí, mientras que armaba un show sobre haber sido violado por la publicación de nueve segundos de su vida sexual, después de años en los que presumió sus hazañas sexuales en programas como el de Howard Stern.
“La ausencia de un testimonio esencial y de evidencia, explica por qué Gawker fue encontrada culpable en este primer round en las cortes. Es difícil de explicar las inmensas sumas otorgadas para compensar a Hogan por su estrés emocional y pérdidas económicas.
“Hay una razón por la cual los jueces se ciñen a la Primera Enmienda y protegen la libertad de expresion de los impulsos censores de los jurados. Es algo específicamente diseñado para proteger a la opinión de las minorías de la indignación de la mayoría. La libertad de expresión siempre será más popular como principio que como práctica. Queremos ser libres para expresarnos, pero no nos entusiasma cuando vemos que esa libertad es ejercida por otros con quienes no concordamos. A nadie le gusta un crítico.
(…)
“Hulk Hogan tiene una zona de privacidad más estrecha que la gente común. Dejando a un lado las cuestiones sobre los estándares editoriales de Gawker, a los autopromotores no debe permitírseles buscar atención sobre un asunto especifico y después clamar por privacidad cuando la narrativa da un giro inesperado. Los beneficios de la publicidad tienen un precio, y para alguien como Hogan, cuya vida es una completa actuación, es un compromiso de tiempo completo y a largo plazo.
“Durante el juicio, Hogan dijo que sus presunciones sexuales y frases públicas fuera de lugar caen dentro del ámbito de su ‘libertad creativa’ como actor. No puede ser de fiar cuando está en personaje, y admitió alegremente que está en personaje siempre que deja su casa. Esta personalidad múltiple fue revelada en su forma más bizarra cuando dio un ejemplo: Dijo que Hulk Hogan, el personaje, tiene un pene más grande que Terry Bollea, el hombre. El de Hogan es público; el de Bollea es privado. Pero el hecho es que la mayoría de nosotros no puede distinguir al personaje del hombre—especialmente cuando su famosa bandana es usada por ambos, incluso en la corte.
“Ok, esa confusión puede ser un síntoma de la era moderna, en la cual la vida cotidiana misma se covierte en un performance tanto en radio como en televisión de realidad o en redes sociales. De hecho, el principal abogado de Hogan pasó mucho tiempo explicándole al jurado el concepto de ‘realidad escrita’, en la cual la actuación y la vida real tienen una línea divisoria extremadamente delgada. Escuchamos un eco de ese argumento recientemente, cuando un vocero de Donald Trump le quitó mérito a su largo historia de misogínia diciendo que eran palabras dichas por ‘un personaje de televisión’ y no por un candidato presidencial.
“Pero esas celebridades que nunca salen de personaje no deben sorprenderse cuando su credibilidad es cuestionada y cuando los periodistas intentan discernir qué es verdad y qué es mentira. Ése es nuestro trabajo, y es lo que buscamos tanto en la corte como en la página”.