Mori también señaló en la conversación con el diario deportivo japonés "Nikkan Sports" que no cabe otro aplazamiento más allá del 2021 y, en caso de que no se celebren ese año, no habría otra solución más que cancelarlos, como ya ocurrió en el pasado durante las dos guerras mundiales.
La propuesta de Mori es celebrar una ceremonia de apertura general al principio de los Juegos Olímpicos, programados para empezar el 23 de julio de 2021, y otra ceremonia de clausura, también general, al final de los Paralímpicos, que acabarán el 5 de septiembre de ese año.
El veterano organizador admitió que no es un cambio fácil, ya que todavía tienen que saber si los comités olímpicos y paralímpicos internacionales están de acuerdo o qué harían con las entradas ya vendidas de las ceremonias que se eliminarían, entre otros problemas.
"Espero que todos los implicados se den cuenta de que el retraso hasta 2021 es el primero en la historia de las Olimpiadas", recordó Mori, que aseguró no saber cuál será el coste económico adicional provocado por este aplazamiento.
Al igual que otras voces olímpicas, Mori rechazó la posibilidad de un nuevo retraso de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos hasta 2022 si la pandemia de COVID-19 dificulta la celebración de las competiciones en verano de 2021.
"Si es así, serán cancelados, por eso esta vez se trata de jugar con la suerte", respondió el presidente del comité organizador, que definió el evento como "unas Olimpiadas dramáticas" por la lucha global contra la enfermedad.