Una racha que no logró truncar ni la excelente puesta en escena del conjunto local, que animado por el agónico empate (1-1) logrado el domingo pasado ante el Inter con un gol del serbio Dusan Vlahovic en el tiempo de prolongación, fue el primero en amenazar la portería rival.
Pero ni Vlahovic, que rozó el larguero a los diez minutos en un lanzamiento de golpe franco, ni dos minutos después el ghanés Kevin-Prince Boateng, que se topó con los puños del guardameta español Pau López, acertaron a marcar.
Una falta de puntería que la Roma no tardó en hacer pagar a su rival con dos goles en apenas un par de minutos que encarrilaron definitivamente la contienda para los de Paulo Fonseca.
Dos tantos que evidenciaron el enorme talento que atesora el conjunto romano, sobre todo, cuando se asocian jugadores como Lorenzo Pellegrini y Nicolo Zaniolo, tal y como ocurrió a los diecinueve minutos de juego en el 0-1.
Si Pellegrini demostró el temple necesario en la frontal del área para esperar la irrupción de Zaniolo, el "trescuartista" romano sirvió de primeras para que el bosnio Edin Dzeko, como siempre perfectamente ubicado en el área, firmase el primer gol del encuentro.
Pero si el 0-1 destiló calidad, el segundo tanto visitante demostró la magia que atesora en su pierna izquierda el veteranísimo Aleksandar Kolarov, que firmó a los veintiún minutos el 0-2 con un sutil lanzamiento de falta, en la que el lateral serbio tras superar por el exterior la barrera colocó el balón en la mismísima escuadra.
Ni aún así se rindió la Fiorentina, que a falta de fútbol, en ausencia de su gran estrella, Federico Ghiesa, lesionado, tiró de carácter, una parcela en la que sobresalió, como no, el defensa uruguayo Martín Cáceres.
De hecho, de una incorporación al ataque del "charrúa" surgió el 1-2, obra del centrocampista croata Milan Badelj, que hizo soñar a los de Vincenzo Montella con la posibilidad de protagonizar un nuevo milagro como el que logró en la última jornada ante el Inter.
Sueños con los que se encargó de acabar la tripleta formada por Pellegrini, Zaniolo y Dzeko, que en la segunda mitad cambió su habitual papel de goleador por el de asistente, tras firmar los pases que permitieron a Pellegrini, con un preciso remate desde la frontal del área, y Zanilo, con una poderosa galopada, completar la goleada (1-4) del conjunto romano.