La Organización de la Salud ( OMS ), luego de varias revisiones, dictaminó que la adicción a los videojuegos ahora son una enfermedad mental. Así fue publicado en su decimoprimera revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades.
La publicación de esta semana es la conclusión a un largo debate que comenzó a finales del 2017. El trastorno se define como un patrón de comportamiento frente a los videojuegos , va relacionado directamente con la intensidad, ya que algunos usuarios llegan a extremo de dejar de lado otras responsabilidades, como el estudio, trabajo o las relaciones personales y familiares.
Según la Clasificación Internacional de Enfermedades , el desorden se relaciona con la insuficiencia de actividad física, una dieta poco saludable, falta de sueño, comportamiento agresivo y depresión. Estas son las tres condiciones para evaluar el caso de enfermedad mental:
1. Pérdida del control sobre el juego . Esto quiere decir que la persona no es capaz de controlar su conducta en este sentido. Es decir, no puede limitar la cantidad de horas que pasa desempeñando esta actividad ni con qué frecuencia lo hace.
2. Priorizar el juego por sobre cualquier otra actividad . En una persona adicta, el juego se impone sobre el resto de los intereses y actividades diarias, que quedan relegadas a un segundo plano.
3. Continuación o aumento del juego . Aunque el jugador se vea afectado de forma negativa por este comportamiento, continúa jugando o incluso aumenta la frecuencia y la cantidad de tiempo en que lo hace.
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