La dueña de los Buffalo Bills, Kim Pegula, expresó dudas en la reunión de propietarios de la NFL esta semana sobre la posibilidad que su equipo tiene para construir un nuevo estadio que remplace el New Era Field.
“Ni siquiera sé si podemos llegar a ese punto”, dijo Pegula a The Buffalo News. “Sé que los aficionados en Buffalo no quieren boletos más caros, no quieren (licencias personales de asientos). El estado (de New York) no quiere dar dinero, la ciudad, tampoco… No tenemos mil y medio de millones de dólares ahí nada más. Los usamos para comprar al equipo”.
Los comentarios de Pegula son los más recientes en una discusión de más de un año sobre el futuro del New Era Field, el cual abrió sus puertas en 1973 está entre los más viejos de la NFL.
El inmueble fue sometido a una renovación de $130 millones en 2014, dinero que se juntó en parte con fondos públicos, y fue programada cuando el entonces dueño de los Bills, Ralph Wilson, estaba en sus últimos meses de vida.
Las renovaciones fueron consideradas una solución a corto plazo para ayudar a mantener al equipo viable para la ciudad tras el cambio de propietario, en vez de una solución a gran escala y a largo plazo.
Cuando Tery y Kim Pegula compraron a los Bills por $1.4 billones en 2014, se comprometieron a mantener a los Bills en la región y minimizaron la inmediata necesidad de un nuevo estadio. De cualquier forma, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, mantuvo públicamente su deseo de que los Bills se “mantengan al día” con los estadios modernos de la NFL.
En la reunión de dueños de marzo, Goodell dijo que los propietarios de los Bills estaban en las “primeras etapas” de la planeación para un futuro estadio, pero Kim Pegula destacó a The Buffalo News esta semana que esas discusiones quizá no concluyan en la construcción de un nuevo inmueble.
“Quizá no suceda nada”, señaló Kim. “Quizá sea que sólo hagamos renovaciones. Quizá sea que construyamos un nuevo estadio, pero, primero tenemos que obtener información”.
La renta del estadio de los Bills al Condado Eric de Nueva York, expira en 2023 y le permite a los Bills anular el contrato en 2020, pero un vocero del equipo señaló en marzo pasado que eso no sucederá.