Los cuatro jugadores de Universidad Católica, procesados el domingo por supuestamente haber participado en una agresión en contra de miembros de la Policía Nacional, serán separados del club, informó el directivo santo, Francisco Egas.
Jaime Darío M., Jerry Gabriel L., Bryan Mauricio L., detenidos por 30 días mientras duran las investigaciones; y Patrixon Gilberto P., a quien se le dejó en libertad pero que deberá presentarse periódicamente en una fiscalía y no podrá salir del país; son los futbolistas a los que se les rescindirá el contrato. Todos constan en los registros de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) como camaratas.
"Sin duda (que serán separados de Católica). Esta gente lleva el nombre de la institución, incluso muchas veces están con la indumentaria del club y se espera de ellos un comportamiento profesional en todo sentido, pero cuando esto sucede nos descuadran", declaró Egas en una entrevista con radio La Red.
"Este es un mal del fútbol, pero no solo del Ecuador sino del mundo. Parece que a muchos futbolistas se les hace difícil manejar la fama y el dinero. En nuestro país parece más crítico por el nivel de educación de los estratos de donde salen la mayoría de futbolistas. Por eso, las instituciones tienen la obligación de involucrarse en su formación", añadió.
El dirigente lamentó el hecho y reiteró que con los contratos serán rescindidos porque los jugadores, algunos de ellos involucrados en otros temas de indisciplina según contó, no podrán cumplir con sus obligaciones laborales.
Egas comparó esta situación con la del delantero Jhon Cifuente, quien el año pasado fue protagonista de una fuga de la Casa de la Selección mientras estaba concentrado con el combinado ecuatoriano. Además, luego insultó al técnico Marcelo Romano por reemplazarlo.
"Con Cifuente no se tomó la misma decisión por la actitud del jugador. Admitió su error, lo entendió, comprendió y aprendió. Prometió mejorar y hoy vemos los resultados (es el goleador del campeonato con 12 tantos)", resaltó.
El delito del que se les acusa a los camaratas es de supuesto ataque o resistencia, luego de enfrentar a un grupo de policías, según informó Marco Domínguez, jefe del Distrito de Policía de Rumiñahui (suroriente de Quito).
El problema se inició la madrugada del domingo cuando la Policía Nacional recibió una llamada para denunciar un excesivo ruido en un departamento del conjunto residencial Alicante, en el barrio San Nicolás, en Sangolquí. La presencia policial alteró a los denunciados.
"Nos atacaron con botellas, piedras y más objetos contundentes. Hay dos oficiales heridos", contó Domínguez, y acotó que los agresores no entendían razones y además, dijo, se notaba que estaban bajo los efectos del alcohol. (D)