Gus Kenworthy, esquiador estadounidense que participó en el últimos Juegos Olímpicos, rescató a 90 perros de una granja en Corea del Sur. Estos canes estaban siendo criados para vender su carne.
El atleta narró en su página de la red Facebook que junto a su pareja, el actor Matthew Wilkas, visitaron una granja de perros donde encontraron animales desnutridos y maltratados, cuyo destino era ser asesinados para vender su carne.
En ciertas partes de Corea del Sur, comer perros es considerado una tradición cultural. Kenworthy explica que en el país existen unas 17 mil granjas con más de 2.5 millones de perros criados con ese propósito.
"Sí, existe el argumento de que comer perros es parte de la cultura coreana. Y, aunque no estoy de acuerdo con ello, sé que no me corresponde imponer ideales occidentales a la gente aquí. Sin embargo, la forma en que estos animales están siendo tratados es completamente inhumana y la cultura nunca debe ser un pretexto para la crueldad", escribe.
Conocer este lugar que supuestamente era una de las granjas en mejores condiciones, impactó a Kenworthy. Él escribió: "Cuando llega el momento de sacrificar a uno, lo hacen frente a los otros perros por medio de electrocución, que a veces toma hasta 20 agonizantes minutos. A pesar de la creencia de algunos, estos perros no son diferentes de los que llamamos mascotas en casa".
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Junto a la Humane Society International y la cooperación de un agricultor local en desacuerdo con la práctica de criar perros para el consumo humano, el atleta logró que cerraran dicha granja y los 90 perros que allí vivían serán llevados a Estados Unidos y Canadá. Ahí serán puestos en adopción.
De esos 90, un cachorro ya tiene nuevo hogar. Vivirá con Kenworthy. "Lo vi y no dudé. Lo bautizamos Beemo y vendrá a los Estados Unidos a vivir conmigo tan pronto terminen de darle sus vacunas".
En una de sus últimas publicaciones en redes sociales, con Beemo en los brazos, el atleta comentó: "Los perros son amigos. No comida". (I)