El 2 de abril de 2017, tras constatar que ni Bacary Sagna ni Pablo Zabaleta estaban en las mejores condiciones posibles, el técnico del Manchester City, el catalán Pep Guardiola, optó por colocar como improvisado lateral derecho a Jesús Navas. Aunque el andaluz nunca había desempeñado ese rol, su actuación ante el Arsenal fue más que convincente, y eso que tuvo que medirse a uno de los mejores atacantes de Europa, el chileno Alexis Sánchez. «Jesús es un tipo excelente y estoy muy contento con su actuación ante Alexis Sánchez, uno de los mejores extremos del mundo», reconoció el preparador al término del choque.
El resultado del experimento agradó de tal modo al entrenador de Santpedor que el de Los Palacios volvió a ocupar la misma demarcación en los tres choques siguientes (frente a Chelsea, Hull City y Southampton). Aunque en esos encuentros mostró unas esperadas carencias defensivas (en especial a la hora de tapar los centros laterales y de cerrar el segundo palo en las jugadas que se generan por el otro costado), lo cierto es que su velocidad y descaro para correr por la banda resultaron de gran ayuda para los skyblues en esos momentos de carencia.
El verano pasado, Navas regresó al Sevilla con el objetivo de convertirse en uno de los principales referentes ofensivos, pero al igual que en Manchester, las circunstancias han terminado por retrasar su posición en el campo. Aunque Eduardo Berizzo apenas llegó a emplearle como carrilero en un par de choques, su sustituto, el italiano Vincenzo Montella ha acabado otorgándole el papel de lateral diestro titular.
Consagración como titular
La constatación de que el internacional español podía consolidarse como un carrilero de garantías llegó el pasado 23 de enero. Ese día, en nada menos que cuartos de final de la Copa del Rey, y ante todo un Atlético de Madrid, el futbolista firmó una actuación soberbia que resultó decisiva para que los hispalenses avanzasen ronda. Desde entonces, ya nadie ha sido capaz de apartarle del once inicial.
Curiosamente, el pasado miércoles, otra vez el mismo Alexis Sánchez que le probó en su debut como lateral volvió a medir su evolución. Pues bien, en un choque de máxima tensión e intensidad, Navas volvió a salir victorioso. No sólo secó al Niño Maravilla, también se atrevió a echar en una mano en la salida del balón y a asomarse al ataque con asiduidad. Sólo la extraordinaria mano de David de Gea o la falta de picardía de Luis Muriel o ambas cosas, evitaron que un preciso centro suyo hubiese acabado en el gol que tanto merecieron los suyos.
Aunque es posible que eche de menos la sensación de estar más cerca del gol o anhele aquellos tiempos en los que no estaba obligado a defender con tanta firmeza, el palaciego ha demostrado que Guardiola no se equivocó cuando se sacó este as de la manga. «Es un sitio donde me encuentro cómodo, intento ayudar al equipo siempre», asegura.