Tras el reciente fallecimiento del periodista deportivo Daniel Peredo, caemos en cuenta de que nadie tiene la vida comprada. Los amigos del hombre de prensa narran que momentos previos a su deceso, Daniel estaba aparentemente bien y solo manifestó algunas molestias por lo que pidió ser llevado a una clínica, pero nadie se imaginaba que esos serían sus últimos minutos de vida.
Esto nos lleva a la reflexión de que debemos vivir intensamente cada instante de nuestras vidas pues la muerte puede acecharnos en cualquier momento. En el mundo deportivo las muertes súbitas es algo recurrente. Son varios los casos de futbolistas que de pronto se desplomaron en pleno partido y murieron repentinamente.
Según los especialistas, estos decesos responden en un 90% de los casos a problemas cardíacos que principalmente se deben a causas genéticas, por lo tanto no son detectables y los tan temidos y mortales paros podrían manifestarse en cualquier momento.