El esquiador estadounidense Gus Kenworthy hizo lo que no se atrevió hace cuatro años en Sochi: darle un beso a su novio al finalizar su participación en el slopestyle de los Juegos Olímpicos de invierno en Pyeongchang.
Entonces, el freestyler quería mostrar al mundo con orgullo sus preferencias sexuales, pero tras ganar la medalla de plata no tuvo el valor, contó. Lo hizo en 2015 a través de un artículo en ESPN. El día que se publicó, escribió en sus redes sociales: "Hoy es el primer día del resto de mi vida".
Desde entonces, el esquiador de 26 años se ha convertido en un conocido impulsor de los derechos de los gays. El beso que sí le dio a su novio tras terminar la competición fue recogido por las cámaras de la NBC.
"No tenía ni idea que era un momento en el que me estaban grabando", dijo Kenworthy. "Hacer eso, darle un beso, haber mostrado ese amor al mundo, es increíble".
"Es algo que quería haber hecho en los pasados Juegos, compartir ese beso con mi novio al final de la ronda pero era algo que me asustaba mucho", confesó.
Cuando él era niño, lamentó, nunca vio en televisión imágenes así. "Si lo hubiera tenido, quizá me hubiera sido más fácil", contó el esquiador, que en la final tuvo una mala actuación y terminó último de los 12 competidores.
El resultado, sin embargo, era lo de menos para el freestyler, cuya madre le esperaba también entre el público con una bandera arcoiris al cuello.
"Es fantástico estar en los Juegos y haber conseguido expresarme. Ser uno mismo sienta genial", dijo el atleta.
"Creo que eso es lo más importante del mundo para cualquiera. Ser auténtico y honesto. No es el resultado que quería, pero me siento orgulloso de representar a la comunidad LGBT".
Didn't realize this moment was being filmed yesterday but I'm so happy that it was. My childhood self would never have dreamed of seeing a gay kiss on TV at the Olympics but for the first time ever a kid watching at home CAN! Love is love is love. pic.twitter.com/8t0zHjgDg8
— Gus Kenworthy (@guskenworthy) 19 de febrero de 2018