Un virus estomacal está haciendo estragos entre los guardias de seguridad de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, por lo que los organizadores decidieron llamar al ejército para que enviara 900 soldados.
El comité organizador confirmó hoy 32 casos, en su mayoría miembros de la empresa de seguridad contratada para el mega-evento que comienza en tres días en Corea del Sur. En un primer momento se habló de hasta 41 casos sospechosos.
Los enfermos, con vómitos y diarrea desde el fin de semana, fueron trasladados a un hospital y la mayoría fueron diagnosticados con un virus altamente contagioso. Al parecer, se contaminaron con agua o comida. El norovirus, que se contagia de persona en persona, provoca una súbita y fuerte gastroenteritis.
El director ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI), Christophe Dubi, indicó que el edificio donde se alojaba la mayoría de los enfermos -en el que duermen mil 200 personas-, no está cerca de ninguna de las dos Villas Olímpicas.
De todas maneras, todas esas personas se están sometiendo a análisis, confirmó Lee Hee Beom, el presidente del comité organizador local, quien pidió disculpas por la situación. "Estamos haciendo todos los esfuerzos para que el virus no tenga un impacto en los atletas o en la familia olímpica", señaló.
De los 32 infectados, 21 residían en el mismo edificio ubicado en el distrito de Pyeongchang. Los otros 11 -ocho surcoreanos y tres extranjeros- se hospedaban en otros lugares.
Los soldados desplegados trabajarán en las 20 sedes de las competiciones hasta que los afectados puedan volver a sus puestos, señaló el comité organizador en un comunicado.
No obstante, en las Villas de Pyeongchang (competiciones de nieve) y de Gangneung (de hielo) se colocarán dispensadores con desinfectante. Además, se repartirán folletos para informar a los atletas y directivos.
"Estamos realizando un estudio epidemiológico para intentar detectar las fuentes y vías de transmisión", comunicó el comité organizador.
El gobierno local está además realizando inspecciones higiénicas en restaurantes y analiza toda la comida y bebida que se sirve en las instalaciones olímpicas. De acuerdo a los primeros estudios, ninguno de los análisis realizados al agua utilizada para cocinar o beber arrojó la presencia del norovirus.