Los anunciantes en el Super Bowl LII del próximo domingo entre los Patriotas de Nueva Inglaterra y las Águilas de Filadelfia pagarán un promedio de 5 millones de dólares (93 millones 545 mil pesos) por 30 segundos de anuncio durante el partido.
Esta cifra pese a ser similar a la pagada el año pasado por los anunciantes de la cadena Fox, sigue siendo la más alta que se paga tradicionalmente en la televisión de Estados Unidos, pues el evento deportivo es el más visto histórciamente en este país.
Y es que en poco más de medio siglo de existencia, la final de la NFL (National Football League) se ha convertido en el ritual anual estadunidense que combina como ningún otro evento, el deporte con los negocios.
Este año se espera que el partido genere unos 500 millones de dólares para la cadena NBC, encargada de transmitir el evento.
Pero una muestra de la evolución invertida en este deporte tan solo se necesitan estas dos cifras.
En el primer año del Super Bowl, los anunciantes pagaron 42 mil dólares en 1967.
En ese entonces cada segundo costaba un promedio de mil 300 dólares, 125 por ciento menos que en la actualidad.
Mientras que hace una década, el espacio comercial costaba un promedio de 2.7 millones, según la firma especializada en medios de comunicación Kantar Media.
Se cacula que en más de medio siglo de esta final del futbol americano se han invertido un total de cinco mil 400 millones de dólares, de los que 419 millones corresponden a la actual edición de 2018 .
Todo los datos y cifras van en aumento, excepto esto, ya que el año pasado el gasto fue de 426 millones siete más que ahora.
Con todo el país y gran parte del planeta enganchado a la televisión, las empresas son conscientes del poder que supone anunciarse durante el evento, ya que en apenas 10 años el gasto por temporada se ha incrementado en 200 millones de dólares.
Hasta ahora el Súper Tazón de 2015, transmitido por la cadena NBC, es el que ha tenido la mayor audiencia en la historia del evento. Un total de 114.4 millones de espectadores vieron la transmisión en la que los Patriotas derrotaron a Seattle.
Esa final fue precedida por la controversia en las alegaciones de que el quarterback Tom Brady de Nueva Inglaterra desinfló en forma deliberada los balones y tomó ventaja en el juego previo ante los Potros de Indianapolis.
Brady fue suspendido durante varios juegos y su equipo multado con un millón de dólares, pero aún así ganó el título y este juego final sigue siendo más popular que nunca.